El Niñero Perfecto – Capítulo 02 - Relatos Eróticos

El Niñero Perfecto – Capítulo 02

ADVERTENCIA: Esta nueva serie es ficticia nada de los eventos relatados son reales. La novela tiene contenido sexual de orientación gay, violación a menores, dominio total sobre la vida de una persona, alquiler de niños menores a 7 años, violaciones reiteradas de hombres mayores a un adolescente de 14 años y otros, además de sadismo y masoquismo, se recomienda leer bajo su propia responsabilidad.

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Mi nueva puta probó por primera vez mi semilla, la semilla que le dio la vida, por la cara de asco que puso, entiendo que no le gustó y eso no es nada comparado con lo que pienso hacerle.

Mi hembra no entendió y siguió lagrimeando, gimiendo y sollozando, parece que será más duro de domesticar que la misma madre, a la madre se le espantó el llanto al primer grito, éste todavía sigue sollozando, aunque claro, nunca calculé que Dash tuviese una boca tan buena. En toda mi vida, nunca me he corrido tan rápido y ahora pienso en todo el tiempo que desperdicié.

Le di una última advertencia, antes de tener que tomar otras medidas, pero fue imposible, por más que le gritaba que se calle, no se callaba, solo repetía y repetía entre lágrimas, tú no eres mi papito, tú no eres mi papito y bueno, no podía negar eso, definitivamente yo ya no era su papito, yo ya soy su macho y pronto consumaremos nuestro amor.

Fui al trasfondo del closet donde guardaba todo lo que usaba con mi mujer, no mal entiendan, nos amamos y aunque al inicio todo lo usé para domesticarla, al poco tiempo logró obtener su placer por medio de mis castigos, lo que con el paso de los años se convirtió en nuestra diversión.

No quería empezar muy duro, porque aunque ahora lo esté entrenando para ser mi hembra, debo recordar que hace pocas horas atrás todavía era mi hijo y ese amor, sigue estando ahí. Así que en lugar de agarrar la fusta, agarré el azotador de suaves tiras y me dirigí hasta la cama, donde seguía atado y sollozando.

Cuando vio lo que tenía en la mano, su cara perdió un poco más de color y tartamudeando logró decir:

Decidí marcar sus piernas y parte de su pecho, sus piernas para que pueda aguantar el impacto y su pecho por diversión, a su madre le encantaba que le marcara las tetas y a mí me encantaba verlas al rojo vivo, laceradas y completamente marcadas por mí.

Los golpes fueron suaves si los comparamos con mi verdadera fuerza, sin embargo para Dash, a quien nunca había golpeado, fueron suficientes para dar gritos y gritos de dolor mientras minus impactaba contra su cuerpo, dejando hermosas marcas rojas en línea recta sobre su cuerpo, primero sobre sus muslos, donde apliqué una fuerza mayor y después sobre su pecho, donde trataba de que cada punta del azotador cayera sobre sus pezones, por mi posición, de costado al suyo, el pezón izquierdo es el que se llevó el mayor castigo y pude ver satisfactoriamente como su hermoso pezón empezó a sangrar, no fue mucho, pero lo suficiente como para excitarme de nuevo y esta vez, le abriría ese hoyito.

Mi hijo ...