El Niñero Perfecto – Capítulo 02 - Relatos Eróticos

El Niñero Perfecto – Capítulo 02

... estaba casi desmayado, una vez más, por el dolor ocasionado por mis suaves azotes, espero que llegue el día que pueda romperlo sin que pierda el conocimiento, estoy esperando que llegue a ser como su madre, la hembra que llegó a enamorarme de verdad.

Ramón me lastimó mucho y no solo fue por haberme metido su polla en la boca y hacer que me ahogue con ella, él me azotó, antes de hoy nunca había alzado su mano contra mí a lo mucho me alzó su voz y me decía carajo, esa era una advertencia fuerte, hoy me abofeteó, me dio un puñetazo y me azotó hasta romper mi piel y sangrar.

Llegó el momento de que haga lo que dijo, me meterá su asqueroso pene, yo quería que mi primera vez sea con el hombre que amo, mi profesor de gimnasia, yo pensé que cuando le dijera a mi padre que era gay, él me apoyaría y me diría que nunca dejaría de ser su hijo, que él me ama, en cambio ahora él está por tomar algo que guardaba para Mr. Okafor.

Mi padre empezó a desatar mis ataduras y aunque todo el cuerpo me dolía infinitamente, sabía bien que si lograba escapar y llegar hasta la calle, sería libre de este infierno y el monstruo que alguna vez consideré que era mi amoroso padre, sería llevado lejos de mi vida. Estaba decidido yo correría con todas mis fuerzas apenas esté libre.

En el momento que mi padre desató la última atadura, giré lo más rápido que pude, antes mi cuerpo es ágil y flexible, rodé y salté llegando a la puerta de la habitación, estaba a un paso de ser completamente libre.

Es bueno que no me decepcione, así debe ser un hijo mío, luchador, lo malo es que ahora tendré que someterlo con verdadera fuerza bruta, aunque bueno, lo malo para él, jugar al cazador, presa y después devorar la presa es una actividad que no he tenido hace demasiados años y es una actividad que disfruto desde los 13.

Desde que empecé a desatarlo, vi ese rayo de esperanza en su rostro y en sus ojos vi decisión, eso me fascinó y lejos de volver a atar la primera atadura que había desatado, lo que hice fue desatarlo más a prisa pero ocultando mi diversión y emoción, el mocoso de mierda iba a hacerme gozar. Cuando vi la agilidad con la que se tiró de la cama, no hice ningún movimiento y traté de poner mi mejor cara de sorprendido, es mejor atraparlos cuando creen que ya están por ser libres y la esperanza en su interior ha crecido hasta el punto que cuando esta se destruye pierden toda voluntad por luchar.

Lo vi traspasar la puerta corriendo a una muy buena velocidad para estar bastante adolorido y maltratado, debo decirlo, estoy orgulloso de que sea mi hijo, mi primogénito (hasta donde sé), voy a disfrutar mucho con él.

Corrí tras él y debido a mi condición física, no fue difícil estar cerca de alcanzarlo, pero no lo hice, quería que creyese que esa era la velocidad máxima a la que podía correr y no podría alcanzarlo si se esmeraba en correr con un poco más de esfuerzo, aunque seguramente mi rostro delataba mucho mis emociones, porque no podía dejar de sonreír ...