1. Virgen a los 40


    Fecha: 02/05/2019, Categorías: Hetero Autor: Hansberville, Fuente: TodoRelatos

    ... salvación mientras esperaba a mis colegas. La invité a una copa y comenzamos a hablar de cosas triviales.
    
    Costó romper el hielo ya que su timidez levantaba una barrera casi infranqueable pero yo no tenía nada mejor que hacer así que insistí en mantener viva la charla.
    
    Me fijé en ella, su cara estaba cubierta de pecas que le daban cierto aire juvenil. Sus ojos redondos y oscuros se clavaban en cualquier punto antes de aguantar mi mirada. Debajo de su outfitt recatado y conservador se adivinaba un cuerpo al que le faltaba algo de ejercicio físico. Su pecho no abultaba demasiado y sus caderas se ensanchaban dentro de sus pantalones vaqueros.
    
    Cuando la conversación parecía que no daba más de sí recibí un whatsapp de mis colegas. Al parecer el Madrid había ganado la Copa y, en su condición de colchoneros, no tenían demasiadas ganas de salir a oír a los merengues celebrar otra victoria. En estas tuve que decidir si quedarme solo, volverme a casa o intentar retomar una conversación con Esther que parecía no dar mucho más juego.
    
    Le invité a otra copa que aceptó de buen grado. Parecía como si el alcohol relajase su corsé ante mí y empezó a ser más participativa. Lo que permitió una conversación más fluida y menos rígida. Empezamos comentando como sus amigas antes o después caerían en las garras de aquellos latinos que bailaban rozándose sin pudor contra ellas. Después Esther me pasó a comentar como ella nunca había tenido una pareja y como su manera de ser era uno de sus grandes obstáculos.
    
    Con la tercera copa la conversación se volvió más divertida y tuvimos momentos de risas. No le dije nada a Esther pero me percaté de que sus amigas hacían comentarios sobre nosotros. No quise que se sintiera señalada y avergonzada acabando con un momento realmente agradable.
    
    Eran casi las cuatro de la mañana cuando sus amigas se habían marchado acompañadas por los latinos y yo me ofrecía a llevar a Esther a su casa. Sentados en mi coche comenzamos a recordar momentos de aquel curso de formación de hacía más de 25 años. Mientras hablaba yo le sonreía mirándola a los ojos y comencé a acariciarle el pelo. Llevaba toda la noche con aquella mujer y comenzó a producirme mucho morbo, lo que unido a las ganas de follar acumuladas durante el último año hacían que mi polla se quisiera escapar de mis pantalones.
    
    Por fin me acerqué a ella y la besé. Ella se asustó y se echó hacia atrás. Inmediatamente le pedí disculpas. No era mi intención meter la pata y mucho menos asustarla. Por fin ella se relajó y me dijo que le había gustado pero que ella nunca. La volví a besar. Con mi lengua busqué la suya mientras que comenzaba a acariciar su cuerpo:
    
    -¿Prefieres que te lleve a casa o vamos a la mia a tomar la última?
    
    Esther agachó la cabeza sonrojada y susurró lo que quería
    
    Diez minutos después estábamos en el sofá de mi casa comiéndonos la boca. Comencé a desnudarla poco a poco mientras ella en un estado de visible nerviosismo se dejaba hacer. Era como si no ...