El Profesor Fernando 3 - Relatos Eróticos

El Profesor Fernando 3

... su prepucio a través de mi garganta y su pubis afeitado chocaba contra mi cara.

Pronto noté como aquel cipotazo estaba duro del todo. Era tremendamente largo y cabezón, pero de tallo delgado, por lo que una vez pasaba su glande la zona de mi campanilla era todo coser y cantar. No me ahogaba y su rabo descendía por mí garganta poniéndome a mil al notar cómo era capaz de tragarla entera. Empezó un mete saca que hasta a él mismo parecía asombrarle. Entraba con mucha facilidad y le mediría al menos veinte centímetros de larga. Me folló literalmente la boca y la garganta como si de un coño se tratara. El tío rebuznaba con cada metida.

Creía que el vodka me subía más a cada minuto y en aquel momento me acordé del profesor Fernando de nuevo y de la brutal follada de culo que me había metido hacía apenas veinticuatro horas.

Su hermano y a la vez mi amigo y compi de clase, Kike, me había contado cómo era de capullo con todos los tíos. Me había dicho que siempre se ligaba a chavalines de mi edad, como la de Kike y mía, para luego follárselos varias veces, usarlos como tal para follar, y listo, luego cuando los chicos estábamos pillados por él nos daba el esquinazo y nos dejaba tirados además de follados y usados por él a su libre albedrío.

Pensé en Kike, que estaría en el parque con el mismo pedo que yo mientras iba a mear. Recordé en aquel momento cuando durante aquella tarde y en nuestro pedo Kike me contaba que sabía de sobra que su hermano ya me había preñado porque siempre se follaba a los niñatos de culo prieto como yo sin ponerse condón, y que tras cuatro o cinco preñadas se aburría de ellos y pasaba al siguiente.

-¿Te meo? –Me preguntó el tío que me estaba dando rabo haciéndome salir de mis fantasías y recuerdos-.

Me tenía el cipote metido hasta la mitad de la garganta y me preguntaba que si me meaba, ¿pretendía meterme la meada directamente en el cuerpo o cómo?

Tal como pude me la saqué de la boca y le dije que no, que esas cosas no me iban. El tío lo respetó, preguntándome a continuación si podía follarme. Me miré de nuevo y vi que estaba tremendo, un treintañero seguramente harto de follarse a niñatos como yo que al verle se les abría el culo con sólo pensar que aquellos veinte centímetros o quizás algo más me entraran por mi orificio.

Le dije que sí, que estaba medio borracho y que no iba a negarme, por lo que el tío se echó una carcajada. Me puso en pie en menos de diez segundos e hizo que me apoyara en la cisterna del WC mientras abría mis piernas y permanecía en pie. Puso mi culo en pompa hacia él. Me escupió en el ojete y apuntó y presionó con su prepucio en mi esfínter, poco a poco me la metió toda sin apenas dolerme, tan sólo fue despacio mientras se movía y poco a poco la introdujo por completo. Me entró enterita.

Tras unos segundos donde me adapté, el tío me agarró del cuello con una mano y empezó a culearme en aquel servicio. En ningún momento fui consciente de si se había puesto un condón o no pero disfruté ...