1. En la cama con mi madre


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Jhon, Fuente: TodoRelatos

    ... su intimidad. Mi pene seguía el vaivén entre las nalgas de mi madre, siendo abrazado por las paredes de su culo, mientras mis dedos recorrían los pliegues de sus labios vaginales que se iban humedeciendo poco a poco.
    
    El interior de su vagina, se sentía cálido y sus fluidos sé escurrían entre mis dedos mojando mi mano. Encontré su punto G y las yemas de mis dedos, danzaron sobre él, mimándolo y causando sensaciones placenteras que recorrían su cuerpo y se transformaban en dulces gemidos. Mi mamá se acariciaba los senos por encima de la tela de su ropa, dejándome penetrarla cómodamente sin protesta mientras disfrutaba a plenitud cada estocada.
    
    - Creo que ya voy a eyacular, voy a llegar al clímax y me voy a venir en tu culo – Le informe a mi madre, mientras estimulaba su clítoris y aumentaba la fuerza de la penetración.
    
    - Hijo, tienes que calmar, estás yendo muy rápido. No debes de ser tan apresurado para que no te vengas aún y puedas disfrutar más – Me indicó de un modo muy maternal – Ven hijo – Dijo separándose de mí y poniéndose de rodillas.
    
    - Mamá, déjame meterlo en tu vagina – Le pedí poniéndome dé rodillas frente a ella, mientras me masturbaba deseoso de entrar en su ser.
    
    - No comas hacías. Cálmate y deja dé tocarte o mancharás mis sábanas con tú semen – Me pidió algo autoritaria.
    
    - Es que las ganas me ganan – Confesé viéndola quitarse la franela que llevaba puesta y descubriendo que tampoco llevaba nada debajo.
    
    - Eso imagino, pero no debes dejar que el deseo té controle y te impida disfrutar todo el tiempo que quieras – Me dijo un tono de voz menos maternal, talvez viéndome menos como su hijo y más cómo un hombre.
    
    - Ven aquí – Me ordenó llevándome hasta sus labios.
    
    Eran suaves y muy agradables. Me besaba con mucha pasión y su lengua se paseaba por mi boca frotándose con la mía. Pasé mis brazos por su espalda oprimiéndola contra mi pecho y sus senos quedaron presos entre nosotros. Mi madre poniendo sus dedos entre la sedosidad de mi pelo, tomó mi rostro y puso mi cara entre el valle de sus senos. Tomé ambos pezones entre mis dedos sin separarme de ella, y los mimé con delicadeza haciéndola soltar un par de gemidos.
    
    Mi desenfreno sé había calmado y ya no me sentía ansioso de eyacular dentro de mi mamá. Seguí besando su abdomen y bajé hasta sus muslos carnosos, que apreté contra mis labios para acariciarlos con ellos y besarlos hasta saciarme. Su aroma a mujer emanaba de su intimidad, entrando en mis fosas nasales y pidiéndome devorarla. Mi lengua a velocidad crucero, navegó entre sus pliegues y dentro de su cabida, provocándole melodiosos gemidos que eran como cantos de sirenas, invitándome a aproximarme hasta la cúspide de su clítoris, cerca del monte de venus.
    
    - Tus exquisitos fluidos son como el embriagante aguamiel de los Dioses del Valhalla – Dije extasiado por la insólita exquisitez de mi madre.
    
    - Sí ya conociste en Valhalla, es hora de que tu Dios griego conozca el Olimpo – Me dijo con una voz que ya ...
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