Vacaciones en la playa. Día 2 - Relatos Eróticos

Vacaciones en la playa. Día 2

... estaban dando cuenta de la situación.

-Sacatela -. Me susurro al oído.

-No cariño -.

-Venga, solo la puntita, que pueda acariciarte el capullo -. Insistió.

-Marta tia, que las de al lado se están enterando de todo -.

-Que más da, ¿No querías lucirte? Pues luce ese pollón -.

Aguantando la respiración, me comencé a bajar un poquito el bañador hasta que hizo tope con los huevos.

-Que rica papi -. Dijo Marta mientras con tres dedos comenzaba a masajearme el capullo.

Se bajo un poco más la cremallera del bañador y se pegó mucho mas a mí. Cerré los ojos. Podía sentir sus tetas sobre mi pecho mientras seguía recorriendo la punta de mi polla con las uñas.

-¿Te la chupo? -. Preguntó de golpe.

Abrí los ojos de par en par y la vi mirándome fijamente mientras se mordía el labio.

-Tápame con la otra toalla como si me hubiera dormido y no quisieras que me diera el sol en la cabeza -. Siguió diciéndome, mientras yo, medio paralizado, no supe ni que responder.

Ni corta ni perezosa se echó la toalla por encima cubriéndose hasta la cabeza y se inclinó hasta mi cintura. Comenzó a meterse y sacarse mi polla de la boca lentamente, mientras con la otra mano agarraba con fuerza mis huevos.

A esas alturas ya no sabia si alguien estaba notando lo que estábamos haciendo o no, pero me empezaba a dar igual. Solo notar la lengua de mi esposa recorriendo todo el tronco de mi rabo me hacía olvidar cualquier otra cosa que no fuera intentar no correrme en su boca.

Unas voces masculinas nos sacaron de nuestro semi éxtasis. Rápidamente me subí el bañador y Marta se quitó la toalla de encima pasándose el pulgar por el labio. Dos chavales, un poco escandalosos hablando, se habían acercado al grupo de chicas que teníamos al lado. Creo que nuestras feromonas habían atraído a los depredadores.

-Nos han cortado el rollo -. Dijo Marta incorporándose en la toalla.

-Pues menos mal, si no te atraganto aquí en la playa -. Conteste con una risilla nerviosa.

Marta se hechó a reir y me agarró la cabeza para darme un apasionado beso con lengua. Aún podía notar mi humedad en ella.

-Voy a por un par de cervezas -. Dije levantándome de la toalla. -Que tengo la boca seca -.

-Pues imaginate yo -. Me contestó guiñándome un ojo.

Me encaminé hacia el chiringuito pensando en mis cosas. Sacando mi propias conclusiones. Y a la mayor que llegué fue que si juegas con fuego te quemas, y mi mujer era eso, fuego.

Cuando volví a las toallas vi como el ritual de apareamiento de los chicos que habían llegado al grupo de las chicas de nuestro lado estaba dándoles sus frutos. Reían, se tocaban, bromeaban. En el momento en el que me senté al lado de mi mujer con las cervezas las cuatro jóvenes se encontraban posando en la arena mientras los dos chicos les hacían fotos con los móviles.

Marta les miraba pensativa, le hecho un trago a la cerveza y se levantó.

-Yo también quiero fotos -. Me dijo dándome el móvil.

Se colocó a un par de metros de mi y ...