1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... Sin embargo, ¡qué maravillosa sensación aquella de avanzar por la casa totalmente en bolas, y con el cuerpo todavía a penas secado tras la ducha! Aquella sensación se me cortó en seco al llegar a la cocina: demostrando que la realidad seguía muy alejada de mis lascivos temores, no solo mi primo era el único que faltaba allí (resulta que Nuria se había duchado tan rápido como Mer (entre las dos ya habían preparado un contundente almuerzo a base de embutidos y restos de ensaladas variadas) sino que, por si fuera poco, estaban las dos vestidas con braguitas, tan castas y decentes que casi parecían la parte de debajo de un bikini negro normalito. Quería que me tragase la tierra, aunque ellas no llegaron a decir nada (lo que no quita que Nur me echara una mirada seria, escaneándome de arriba abajo). Traté de disimular, pensando que casi era preferible tomarme aquello con naturalidad, mientras sopesaba si me compensaba seguir adelante con mi desnudo total o si debía buscarme una manera de correr a buscar unas bragas que no cantase mucho. Digamos que la llegada de mi primo, todavía un rato después, me ayudó a solucionar mi dilema, aunque no precisamente de la forma que hubiera querido.
    
    - Jo, ¡qué bien me ha sentado esta ducha! – le escuchamos cuando entró, sin más, en la cocina. Su cuerpo lucía tan perfectamente desnudo como el mío - ¡Hostia! Pero… - su cara se puso como un tomate al verlas vestidas. – Perdón, perdón… yo pensaba…
    
    - Jejejeje… tranqui, precioso… creo que tu prima también ha “pensado” lo mismo que tú – María se acercó a Pablo y le plató un pico en los morros. Sus equeños y siempre duros pezones oscuros rasgaron la delicada piel del pecho de mi primo, que pareció que empezaba a sudar. Sí que te van a durar poco los efectos de la ducha a ti, primo, me dije.
    
    - Ya, ya – salté yo, todavía en shock por aquel recibimiento de María, tan gratuitamente cariñoso. – Igual es mejor que te pongas algo, sí, primo – le dije señalando su polla.
    
    - Eso, que te estás empalmando ¡jajajaja! – se descojonó Nuria.
    
    - Y tráeme unas braguitas, ¿sí? – le dije, tratando de pasar por encima de Nur. Improvisando tontamente, le pegué yo otro pico que dejó al de María en una mera anécdota. Mis pechos, considerablemente más abultados que los de mi amiga, se aplastaron contra el pecho de mi primo, haciéndonos sentir a ambos cómo se me empalmaban los pezones. No fue la única empalmada que sentimos a la vez, ya que su pene acabó metido entre mis piernas al coger dureza. El calor se disparó tan rápido entre nosotros que, aunque Pablo se separó de mí en el acto, un leve hilo de saliva unió nuestras bocas el breve lapso que tardó en romperse y caer restallando como un látigo entre mis tetas.
    
    - Joder con los primos… - suspiró María.
    
    - Perdón, perdón… - retrocedió compungido Pablo, ante las risas de mis amigas que evidenciaban su maravillosa y repentina erección. – Perd… ¡Ay! Hostia puta! – aquello se había venido arriba tan rápidamente que mi primo no calculó ...
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