Mi nuevo fetiche, me gustan los vagabundos - Relatos Eróticos

Mi nuevo fetiche, me gustan los vagabundos

... andén.

A eso de los 10 minutos el tren llega a la estación, camino hasta las puertas del tren que todavía no se habían abierto, mientras espero siento que alguien se aproxima a la misma puerta en la que estoy y adivinen quién era? Así es, era el vagabundo que con una mano tenía su bolsa de basura y anda a saber que es lo que tenía. Su olor penetraba mi nariz, es más sentia que tenia olor a pis, era muy asqueroso cuando me me doy vuelta para mirarlo el vago estaba petrificado mirando mi cuerpo entero y cuando hacemos contacto visual me hace una sonrisa muy malévola y pude ver que le faltaban varios dientes, los pocos dientes que tenía eran amarronados y tenía como una pasta blanca arriba de los dientes. Que asquerosidad decía yo dentro mío. En eso se abren las puertas del tren y yo de inmediato busco un asiento libre en el último vagon, había bastantes ya que no subió casi nadie y debíamos esperar unos 10 min para que el tren saliera.

En eso de los 3 minutos alguien se sienta al lado mío, y era el vago que me volvió a sonreír y yo para no ofenderlo le hice una leve sonrisa de costado como para no incomodarlo. Yo no podía cambiarme de asiento porque me quedé del lado de la pared y el vago del lado del pasillo así que estaba atrapada.

Yo: Disculpe señor no podría sentarse en otro lado hay cientos de asientos vacíos. Vago: Disculpe dama pasa que me duele mucho la pierna y no me puedo mover. Yo: esta bien, decía yo fastidiada dentro mío. Encima su olor era impresionante, no paraba de respirar su horrible olor. En esa espera de 10 minutos el vago se me habia pegado estábamos hombro con hombro y pierna con pierna bien pegados. En eso veo que saca algo de la bolsa de basura y era una manzana toda podrida, tenía un color extraño y si no vi mal creo que tenía como gusanos. Casi vomito mientras miraba para la ventana evitando mirar.

Vago: disculpe mis modales quiere un poco? Yo: pero ni loca, asqueroso ser decía yo por dentro, pero termine diciéndole con un tono medio amable, no gracias ya comí. Mientras comía pude ver que sus manos además de estar sucia y pegajosas por el jugo de la manzana podrida vi que en sus uñas había restos de comida. Este hombre no puede ser más repugnante, no puedo creer que esté pegada con este bicho. Mientras pasaban los minutos y yo mirando a la ventana mi nariz se fue acostumbrando a ese olor putrefacto hasta llegando a ser un olor excitante y sumado a eso nose porque se me vino a la mente el sueño que había tenido a la mañana de un vagabundo violandome en un casita de cartones sin parar. De a poco mi cuerpo me traicionaba, sentía un cosquilleo en entre mis piernas y mi corazón se agitaba. Encima el vago no paraba de hablarme. Vago: mmmm,señorita que rico que huele usted, me encantan las mujeres tan bellas y con rico aroma. Yo: eh gracias señor, mientras ya le hacía una sonrisa de punta a punta y no tan falsa. Vago: me encanta como esta vestida, tan elegante y con tan buen cuerpo que tiene usted. Yo: bueno, gracias ...