1. Regalo de Navidad


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Gays Autor: Aventurero, Fuente: TodoRelatos

    ... encima de su polla, me dejé caer. Me senté hasta que noté como sus huevos se estiraban hacia arriba y hasta él hizo fuerza con sus piernas para que todo su rabo entrara recto de mi culito tragón. El gemido que soltamos los dos se escuchó en toda la casa. Y lo siguiente que supe era que me estaba comiendo la boca con Carlos. No parábamos de jugar con nuestras lenguas. Creo que incluso me escupió alguna vez. No paraba de notar saliva en mi cara, sus manos por todo mi cuerpo y el sabor de su boca. Y mi culo no paraba de moverse arriba y abajo sobre esa gran polla. La devoraba y la apretaba dentro de mí, sin dejarla escapar.
    
    - ¡Qué puta eres, Mariooooo! ¿Tanto te ha gustado mi rabo, chaval? ¿Tanto te ha gustado como te la metía y te daba leche que querías más? ¡Porque aquí tienes rabo para rato, cabróooon! ¡Te voy a meter la polla hasta los huevos, ya lo sabes Mario! Te voy a reventar ese culito toda la puta noche, y cuando termine se habrá hecho adicto a mi polla y a mi lefa. ¡Traga polla maricón!
    
    - ¡Jodeeeer Carloooos! Me encanta tu rabo. Me encanta saltar sobre él, me encanta como me llena, como se hincha dentro de mí y como me abre el culoooooo..... ¡No pares, cabronazooo! No quiero que paresss.... No quiero que la saquesss.... Solo quiero tu polla dentro de miiii... Que me folle y que me llene por dentroooo.... Te lo he dicho antes, Carlos. ¡Usa mi culo, joder! ¡Llénalo de lefa calentita y recién ordeñada! ¡Preñame como tu sabes, jodeeeer!
    
    Carlos me daba azotes mientras yo le cabalgaba, cada vez más rápido. Llegó el momento en el que saltaba directamente sobre su polla hasta clavármela toda. Podía sentir un poco de daño con cada bajada, pero el placer que me daba era bestial. Mi culo no quería separarse de allí. Solo quería seguir con esa suave sensación que se deslizaba entre las paredes de mi ano y me daba el mejor placer que había sentido nunca. Yo le agarraba los pechos y le pedía que me follase más. Más fuerte. Que me dejara el culo rojo y que me diera su leche otra vez. Quería sentir como volvía a salir toda esa leche por mi culo y me calentaba por dentro.
    
    Le agarré del cuello y le besé, bajando un poco el ritmo de las embestidas. Pero pude notar mejor como su rabo se deslizaba. Cada vena hinchada pasaba por mi ano y por cada pliegue dentro de mi, haciéndome estremecer de gusto. Mi ano se contraía por sí solo y se cerraba alrededor del grosor de aquel rabo enorme que me estaba abriendo por dentro. Y yo solo podía sonreírle a Carlos como un tonto mientras me comía la boca. Estaba en la puta gloria. Y así se lo hice saber susurrándole mientras le cabalgaba.
    
    - Que bien me follas, Carloss... Carlitosss.... Con ese pollón que tienes no me extraña que me tengas así de puta, joder. Me encanta como me atraviesa esa polla, como se hunde dentro de mí hasta lo más profundoooo.....
    
    - Pues disfruta de mi rabo, Mario, porque te aseguro que te puedo follar las veces que quieras.... Te voy a reventar toda la noche si hace falta, cabrón. ...
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