Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1) - Relatos Eróticos

Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1)

... que este allí solo esperando más tiempo.

- Si Señora, ahora mismo.

Gaspar salió y al rato regreso acompañado de Jesus.

- Jesus coge una silla y vete a aquella esquina, allí siéntate cara a la pared y en silencio.

- Si mi Ama.

- Gaspar, puedes hacer pasar a la chica, tráeme papel y lápiz.

- Si Doña Margarita.

Enseguida apareció por el separador de aquel rincón una chica de unos treinta y tantos, más bien gordita pero sin llegar a estar obesa, no era mal parecida, buen pecho y buen culo, media melena, bien vestida, educada y muy nerviosa.

La chica sin orden por sus nervios se presentó y aunque le costó estuvo comentando con Marga que la había visto en la demostración y que había sentido la necesidad imperiosa de ponerse en sus manos para recibir la disciplina que llevaba meses, muchos meses sin recibir al estar sin Amos, le conto que había sido la perra de una pareja que por cambio de domicilio había dejado y que desde entonces apenas había tenido solo algunos escarceos.

Marga le explico lo que costaban sus servicios profesionales, a lo que Valeria le dijo que no había problema alguno.

- Tú tienes algún lugar preparado para las sesiones?, le pregunto Marga.

- En casa tengo un cuarto en el que tengo algunas cosas, no mucho Doña Margarita.

- Bien, lo vere y comprobare si es el sitio adecuado.

Quiero dejarte claras algunas cosas Valeria para que no haya problemas en el futuro.

Habrá una palabra de seguridad obviamente, pero de su uso comprobare si tú me interesas o no me interesas, eso significa que las sesiones empiezan cuando yo digo y terminan cuando yo así lo determino, tú lo sabrás porque yo te lo diré, pero durante el transcurso de las sesiones te usare como me dé la gana y tu obedecerás, no solo recibirás la disciplina que te aplique o quizás sí que solo recibas la disciplina que me apetezca, entiendes?

- Si Doña Margarita, la entiendo perfectamente.

- Cuando termine de azotarte y castigarte, siempre, siempre, me lo agradecerás besando mis manos y después besando mis pies, después si me apetece y solo si me apetece te usare oralmente para aliviarme, tragaras cuando acabe y de nuevo agradecerás.

Durante la sesión y fuera de ella, me mostraras el respeto que me debes como ser superior y me trataras de usted y con educación.

Cuando llegue a tu casa me darás un sobre con el importe de la sesión, antes y en mi presencia lo abrirás, contaras ante mí el dinero y después lo doblaras y meterás en mi bolso, que yo abriré para que lo hagas.

Lo has entendido todo Valeria?

- Si Señora Margarita, lo he entendido todo y estoy de acuerdo en todo lo que ha dicho.

- Como soportas el dolor Valeria?

- Creo que bien Señora, me gusta y algunas veces, supongo que por la excitación, llego a un punto que el placer me invade y me corro sin apenas poder aguantarlo.

- Te entiendo perrita, se lo que es.

Déjame hacer una prueba.

Marga se puso en pie y le indico a ella que se pusiese en pie, entonces ...