Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1) - Relatos Eróticos

Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1)

... absoluta para salir y entrar con quien quisiera y cuando quisiera, Jesus debía de solicitar el permiso de Marga para todo, incluso para poder ir al aseo, por supuesto Marga podía tener sexo con quien quisiera y en casa si le apetecía, a Jesus Marga le compro un dispositivo de castidad y lo llevaba con su jaula en castidad cada vez en periodos de más duración, cuando se cumplían Marga se lo abría y le daba permiso para ordeñarse, por supuesto siempre después tragaba su propio semen.

Jesus que era muy habilidoso, había desarrollado algunas habilidades mucho, una de ellas era la de dar sexo oral, Marga lo había entrenado para darle placer con su boca en todo el cuerpo de ella, finalmente se había convertido en un experto con su lengua, algo en lo que seguramente se había especializado ya que era una de las pocas ocasiones en las que podía adorar el cuerpo de su amada Dueña. Otra de las habilidades desarrolladas por Jesus a iniciativa de Marga era la de hacer varas, látigos, cañas y diversos artículos de castigo a base de elementos totalmente naturales de los que se iba guardando cuando los conseguía, maderas, cueros, pieles, etc., eran la base de fabulosos látigos, fustas, flagelos, varas, canes o cañas. Tanto Margarita como Jesus sentían fascinación por el spanking, los azotes, el castigo, la disciplina, etc., y ello les había llevado a él a fabricar todo tipo de artículos que ella probaba y corregía hasta conseguir lo deseado, a ella le había llevado a ser una experta spanker que disfrutaba de usar tanto vara como fusta como caña o como diversos látigos, en todos había adquirido mucha destreza y con todos disfrutaba.

Para ayudar en lo posible a la ajustada economía que tenían la pareja, Jesus hacia este tipo de artículos bajo encargo de alguna tienda sex-shop que estaba más o menos especializada en estos artículos, por ello y por este tema conoció a un par de Señoras que se dedicaban profesionalmente al sado, eran prostitutas especializadas en este tema, aunque a Jesus cuando se lo contaba a Marga le parecían Dominas por horas, algo que no entendía, pero eran buenas clientas. Por medio de un cliente de una de ellas que se le ordeno comprar un artículo de este tipo Jesus conoció la existencia de un grupo de personas que practicaban y vivían el BDSM de manera más habitual y no como medio profesional, paso algún tiempo, por los típicos temores a dar cabida a gente nueva, pero finalmente fueron aceptados en sus modos de contacto y comunicación, así como en algunas reuniones que hacían entre ellos para actualizarse.

Era un grupo de gente muy particular y muy variado, nadie sabía más de lo que cada uno quería decir de sí mismo y no había más datos, solo una forma de contacto y sin más preguntas.

En una de esas reuniones a las que asistieron ellos y que iba sobre castigos, a la hora de charlar sobre la disciplina, azotes y demás, todo fue así como muy técnico sobre las zonas del cuerpo prohibidas y en las que había que centrarse, apenas nada ...