Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1) - Relatos Eróticos

Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1)

... sobre las diferentes técnicas de azotes con cada tipo de instrumento diferente, Marga y Jesus lo echaron en falta, pero el resto de asistentes, unos 20 también, entonces Marga pidió la palabra y dijo que podía explicar y contar como lo hacia ella, allí cambio absolutamente todo, pues los asistentes alabaron la técnica de Margarita e incluso vieron la posibilidad de hacer una especie de curso o de reunión solo para que ella explicase todo detenidamente, claro que la mayoría de asistentes eran dominantes, los sumisos los habían dejado en casa o simplemente no tenían. Desde ese instante Margarita fue más reconocida por todos e hizo amistades con algunos, era obvio que también existía una comunicación entre pequeños grupos dentro de ese grupo, pues para el curso que la semana siguiente impartió Marga los asistentes eran el doble de los que habían estado el primer día, algo que sorprendió a la propia Marga aunque le agrado el número de personas, ya que el éxito del curso fue enorme, ella no daba abasto de recibir tanta felicitación e incluso algunas proposiciones que en ese momento dijo que no se lo había planteado pero que hablarían en los próximos días.

Hay que decir que Marga pese a ser una mujer de las que no eran explosivas, de las que llamaban la atención enseguida, etc., era una mujer alta, guapa, siempre muy elegante, con muchas curvas, recia, pecho y culo generoso, siempre con falda y siempre con tacones, manos largas, fuertes, cuando se estaba en su presencia había algo en ella que era adictivo, desprendía feminidad y clase.

Margarita una vez terminada la demostración estaba exultante, muy contenta y además muy excitada, ella estaba acostumbrada a que tras una sesión el sumiso azotado la aliviara de la excitación propia de la sesión comiéndole el coño hasta correrse en su boca, en esa ocasión obviamente no fue así, aquella era una práctica habitual, el sumiso una vez disciplinado besaba las manos de quien lo había azotado como muestra de gratitud y después satisfacía oralmente a su Disciplinadora.

En aquella reunión le habían traído como sumiso para recibir la demostración de castigos a un chico que alguien había cedido para tal fin, el chico quizás no estaba acostumbrado al castigo recibido, por lo que al finalizar la sesión Marga se interesó por el mismo que aún estaba en el suelo tratando de recomponerse un poco y con su culo totalmente dolorido y muy enrojecido, cuando ella llego hasta donde había quedado enseguida él se arrodillo ante ella y beso sus pies.

- Muchas gracias Señora, ha sido un placer servirla aunque no se si he sabido estar a la altura, le dijo mientras besaba la mano de ella, la que había empuñado varas y látigos.

- Lo has estado, tranquilo, debes ponerte crema para que todo sane lo antes posible, no te preocupes porque aunque es muy escandaloso, curara en solo unos pocos días, tu piel no está muy acostumbrada y eso se nota, ponte mucha crema.

Otra cosa es que no se si te está permitido correrte sin ...