Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1) - Relatos Eróticos

Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1)

Doña Marga, la Disciplinadora. (cap. 1)

Margarita era una mujer con una edad cercana al medio siglo pero que se cuidaba mucho y se conservaba muy bien, físicamente estaba muy bien, pero nada de su físico destacaba como para que nadie se volviese a mirarla o recibiese algún piropo por la calle, lo realmente atractivo de Marga era su personalidad y su carácter, era seria, educada, culta y no se callaba cuando no debía de hacerlo, le gustaba el orden y tenía toda una serie de cualidades o manías que hacían de ella una mujer interesante, a primera impresión no era muy sociable, pero había que conocerla para saber que ella nunca en una primera ocasión se mostraba como realmente era, cuando se la conocía era bastante sociable y divertida para multitud de temas.

Marga trabajaba en las oficinas de una empresa de exportación importante, era responsable de un departamento que controlaba las documentaciones de los productos exportados, era muy trabajadora, responsable, seria y estricta con su trabajo, no dejaba ningún cabo suelto y no permitía que nadie de su departamento lo hiciese, eso le había hecho que tuviese una buena posición y una cierta flexibilidad en organizar el trabajo de su departamento, estaba muy bien considerada profesionalmente.

Estaba casada desde hacía más 20 años con Jesus, un ingeniero técnico que le robo el corazón siendo muy jovencita y sobre todo que le descubrió quien era ella en realidad y como podía disfrutar de su sexualidad y de sus “extraños” gustos, ya que cuando conoció a Jesus, este se enamoró perdidamente de ella y a los pocos días ya le estaba confesando que era sumiso, que necesitaba ser sometido, adiestrado, dominado y castigado para poder gozar, ella tuvo que procesar todo aquello pero a medida que iba investigando, enterándose, informándose y leyendo sobre el tema, descubrió que lo que a ella le sucedía no era en absoluto una desviación o enfermedad, nada de una perversión que se le pasaría como le había dicho alguien, aquello tenía nombre y ella debería de dejar de estas asustada, Jesus le puso nombre a sus gustos, deseos y sueños, a ella se le abrió el mundo y por fin disfruto de ser ella.

El sexo entre ellos era el que ella quería y cuando ella quería, Jesus se amoldaba o más bien obedecía sin rechistar lo que Marga le indicaba, ella empezó pronto a follarlo y azotarlo, le aplicaba disciplina cada vez de manera más continua, casi a diario a veces, de la misma manera que lo follaba, ambos lo deseaban, Jesus se lo agradecía y era lo que siempre había deseado, Marga también.

Pronto se fueron a vivir juntos y Marga dicto una serie de normas que Jesus acato con placer, ella tenía todo el control y el obedecía, además el haría todas las tareas domésticas, se encargaría de tener la casa siempre limpia y la ropa lavada y preparada, se encargaría de la comida y solo habría una cuenta bancaria, la de Marga, allí se ingresarían los dos sueldos y ella dispondría de como gastar cada céntimo. Marga tenía libertad ...