Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5) - Relatos Eróticos

Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5)

... estaba completamente desnuda y no me duché después de mi entrenamiento en el gimnasio. Mi templo femenino ya estaba mojado en previsión de atraer perros machos pero lo usaría para encontrar un amante adecuado para Silvana esta noche. Mis pezones estaban duros como rocas en el aire fresco de la noche mientras mis grandes pechos se balanceaban de un lado a otro mientras caminaba. Subí por el camino de entrada de Silvana y abrí la puerta del patio trasero. Silvana y Chris estaban sentados en las sillas del patio esperándome. Ambos estaban tan desnudos como yo. Les sonreí al notar la gran verga de Chris colgando entre sus piernas. Le pregunté a Silvana si estaba lista. Miró a Chris y luego a mí y dijo que sí. Mientras se levantaba, Chris dijo que quería que trajera cualquier perro que encontráramos a su patio. Si Silvana iba a tener relaciones sexuales con otro perro, quería que fuera aquí para asegurarse de que estaba a salvo. Dije que eso podría limitar nuestras opciones, pero que honraríamos su deseo.

Cuando Silvana y yo salimos al callejón oscuro, me pregunté si Chris realmente quería asegurarse de que ella estuviera a salvo o si quería mirar. Dudaba que pudiera sacar al labrador de su jardín, pero sabía que había un perro al que podía convencer para que volviera a casa de Silvana, el rottweiler. Su casa estaba hacia el final del callejón. Había cavado un agujero debajo de la cerca para llegar a mí. Su dueño no sabía que el agujero estaba allí, así que debería poder salir de nuevo. Tomé la mano de Silvana mientras caminábamos por el callejón. Me preguntó si alguna vez tuve miedo de que me atraparan haciendo esto. Dije que era la mitad de la emoción. Dije que el deseo pesaba mucho más que el miedo a ser atrapada.

A medida que nos hacercábamos a la casa de mi semental, pensé en cómo Silvana lidiaría con su enorme verga y su nudo. Pensé que me iba a destrozar la primera vez que me anudó. Ella había estado con su Doberman y, después de todo, el pene de su esposo era enorme, por lo que podría aguantarla. Si se asustara ella, dejaría que me follara a mi en su lugar. Llegamos a su jardín y le dije que se quedara quieta y observara. Podíamos escuchar movimiento al otro lado de su valla. Estaba allí atrás y podía olerme. Su gran bulto se movía de un lado a otro a lo largo de la valla. Miré a Silvana y sus ojos estaban muy abiertos y respiraba rápido. Sus pezones estaban duros sobre sus redondos pechos. El perro grande se movió hacia la esquina de la valla. Podíamos escuchar sonidos de excavación y pronto su bulto se metió debajo de la cerca y se paró en el callejón. Silvana estaba temblando mientras lo miraba. Sonreí para mis adentros mientras caminaba lentamente hacia mí y metía su gran cabeza en mi entrepierna. Olfateó y luego lamió mi vagina un par de veces. Le froté la cabeza y le dije lo buen chico que era.

Le dije a Silvana que sería mejor que volviéramos a su jardín antes de que él se pusiera nervioso. Comenzamos a caminar rápidamente ...