Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5) - Relatos Eróticos

Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5)

Quinta parte...

Estaba caminando de regreso al callejón. Era pasada la medianoche y acababa de cogerme a uno de los perros de mis vecinos. Era el gran labrador color chocolate. Su dueño solía mantener su puerta cerrada con llave, pero para mí eso no fue un problema. Solo tuve que saltar la cerca. Yo ya estaba en gran forma... Había pasado aproximadamente un año desde que comencé a realizar estas veladas nocturnas en mi vecindario en busca de un amante canino. En ese año había comenzado a hacer ejercicio como loca. Me había apuntado a un gimnasio y básicamente había transformado mi cuerpo.

Ahora ya estaba mas delgada y tonificada. Mis brazos tenían definición y mi estómago estaba plano y se marcaba mi abdomen. Mis piernas y nalgas parecían de corredora: tonificadas y fuertes. Supongo que lo único fuera de lugar eran mis pechos. Todavía eran enormes, especialmente porque todavía estaba amamantando. No se hundieron tanto desde que trabajé en mi pecho. Cuando iba al gimnasio con mis pequeños pantalones cortos de entrenamiento y un sostén deportivo, los hombres me miraban constantemente. Hice que se formaran bastantes bultos y podría haber elegido alguno. Me gustaba burlarme de ellos sabiendo que ninguna de sus penes podía compararse con lo que yo podía obtener…

Regresando al tema: Estuve en celo esta semana. Durante el último año había estado embarazada dos veces más. Uno fue muy corto pero el otro duró casi dos meses. De hecho, fui a hacerme una ecografía de ese embarazo. Fui a una clínica gratuita y usé otro nombre. La enfermera inexperta dijo que parecía que iba a tener trillizos, pero que eran muy pequeños y que no estaba segura de que lo lograrían. No lo hicieron, pero descubrí que fue el Rottweiler quien pudo dejarme embarazada. Debía haber algo en su esperma y en mis óvulos que eran lo suficientemente similares como para causar una concepción temporal… Cosas raras de la naturaleza.

Caminé por el callejón hacia mi casa. Yo estaba desnuda, por supuesto, y me sentía muy bien. El labrasor me había anudado y me había bombeado su semen. Podía sentir que algo de su leche viscosa se escapaba mientras paseaba por el callejón. Todavía estaba en celo y caliente. Tal vez podría encontrar otro pretendiente esta noche. Tuve que pasar por delante de la casa de mis vecinos de al lado. Su Doberman macho había sido mi primer amante perruno. Todavía me encantaba tener sexo con el de vez en cuando. Pensé que tal vez si estaba en el patio trasero lo convertiría en un perro afortunado esta noche. Todavía tenían a la hembra allí también, pero ella era muy dulce y nos dejó solos.

Caminé por su entrada con la esperanza de encontrar abierta la puerta de su patio trasero. Lo probé y así fue. Muy silenciosamente la abrí y me deslicé en el patio. Me tomó un minuto asimilar la escena frente a mí. Fue un shock y pensé en darme la vuelta e irme en silencio. En medio del patio estaba el doberman macho. Se estaba follando a una mujer. La hembra era mi vecina ...