Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5) - Relatos Eróticos

Vacie las bolas de dos machos dentro de mí 🥵 (5)

... Silvana. Estaba desnuda sobre sus manos y rodillas y su gran perro macho la estaba follando como un loco. Sabía lo gruesa y larga que era su polla y se lo estaba dando todo. Fue increíble verlo follar con otra mujer humana.

Lo que fue aún más sorprendente, a menos de tres metros de esa pareja, estaba el esposo de Silvana. Estaba desnudo de rodillas y tenía a la hembra Doberman de espaldas a él y la estaba follando. No podía creerlo. Estaba presenciando lo que parecía una polla de buen tamaño dentro y fuera del coño de la mujer. Parecía estar disfrutándolo porque no estaba tratando de escapar. Aquí, ante mí, estaba esta increíble escena. ¿Qué iba a hacer? Podría irme, pero ahora había encontrado algunas personas a las que les gusta hacer lo mismo que yo…

Decidí arriesgarme. Lentamente salí de las sombras hacia Silvaba. Chris me vio primero y miró mi tonificado cuerpo desnudo de arriba abajo y sonrió, pero no dijo nada. Continuó follando a la perra. Caminé alrededor y me paré frente a Silvana. Tenía la cabeza agachada, pero la levantó cuando vio mis pies frente a ella. Tenía una mirada de dolor y placer en su rostro cuando vio quién era. Nuestros ojos se encontraron y sonreí y asentí con la cabeza. Ella entendió el gesto. De repente sus ojos se abrieron como platos y su boca formó una O. El perro macho dejó de bombearla y supe que la había anudado. La escena que tenía ante mí era puro sexo primitivo. Me estaba emocionando mucho. Quería unirme pero aún no sabía cómo.

El nudo del Doberman estaba completamente asentado en la vagina de Silvana. Se había vuelto hacia ella y sabía que el doberman tendría anudada y descargando sus bolas dentro de la vagina de Silvana por varios minutos... Decidí aprovecharme de su posición. Caminé más cerca de ella. Su cara estaba ahora a sólo un par de centímetros de mi vagina. Sabía que podía olerme y percibir el olor del labrador en mí. La miré. Ella no se estaba alejando de mí sino mas bien movió su rostro más cerca de mí. Metió la nariz en mi vagina. Se apartó y me miró. Pude ver la mirada de lujuria en sus ojos. Estaba en la misma niebla sexual en la que yo me meto. Me di la vuelta y abrí las piernas. Presioné mi culo firme y apretado contra ella. Sentí su lengua caliente y húmeda lamer mi coño una vez, luego dos veces. No estaba seguro de que ella le hubiera hecho esto a una mujer antes y sabía que no había dejado que otra mujer me hiciera esto a mí.

Silvana comenzó a lamer mi vagina de forma salvaje. Se sintió tan bien. Podía sentir el semen de mi amante labrador aún goteando de mí y Silvana lo estaba bebiendo. Mi clítoris tampoco se salvo del ataque de su lengua. Ella lo chupaba y lo mordisqueaba enviándome ondas de placer. Silvaba y yo estábamos tan metidas en esto mientras el perro grande estaba anudado en ella que me olvidé de Chris. Supongo que nos había estado observando porque salió de la perra y se acercó a Silvana y a mí. Estaba inclinado con las manos en las rodillas mientras su esposa me ...