Segreto di confessione - Relatos Eróticos

Segreto di confessione

... cuidadores en donde se disputan hasta cada centímetro de banqueta, no duré mucho tiempo porque empezaban las riñas unas contra otras hasta que me retiraron del ambiente, ese día nosotras llegamos a la meta de recaudar dicho sobre ya que para muchas de ahí representaba el seguir trabajado en dicho oficio sin tener problemas de cualquier índole, me hacen meter al hotel, me vestí como niña bien y mi cuidador me acompañó hasta la entrada del metro o estación del metro, de ahí tome mi rumbo hacia mi casa.

No podía dormir aquel día de las experiencias que tuve al estar en la calle, hasta me desvelé pensando y recreando cada detalle, haciendo memoria de quien pudiera haberme visto pero eso ya no importaba tanto, fue una de las noches que yo misma me llegué a consentir a mí misma pensando en toda aquella experiencia, parecía loca abrazando a mi almohada hasta que amaneció y tenía que ponerme al corriente en mis estudios y demás actividades escolares, parecía una loca, teniendo una vida a ciertas horas y poniéndome al tanto en otras.

Pero el mundo es tan chico (es un decir) que saliendo por unas copias rumbo a casa de mis padres donde antes vivía, me topo con el “chacal” de San Palo, me reconoció como niña bien, me saludó y de manera cordial me invitó a salir a pasear por la ciudad, recuerdo que me quedé tan fría como la escarcha de cualquier refrigerador, te quedas pensando ¿Cómo pudo suceder? Compartimos cuerpo, me conoció en un ambiente nada agradable y empezamos una relación en viceversa. (de la cama al noviazgo)

Entendiendo la situación, siempre me trató de manera decente, nunca groserías a pesar de que mi primera impresión era en parte algo negativa hacia él, estaba errada. Recuerdo que me invitó unos tacos al pastor por plaza meave, muy ricos por cierto, era la primera vez que me aventuraba con un cliente, rompía las reglas de la casa, nunca enamorarse de los clientes!¡ Eso no me interesaba, tuve mi relación de “contrabando” y unos de mis primeros regalos de mi novio fue comprarme un costal o mejor dicho una mega bolsa negra repleta de ropa del tianguis y puestos establecidos, vamos tutifruti, que por cierto aún conservo. No sabía ni que ponerme de lo fascinada que estaba. Ahí fueron mis primeros problemas con mi madre en casa, me estaba descarando en algunos aspectos porque ella era la que a veces me lavaba mi ropa.

Madre: ¿De dónde rayos sacaste esa ropa? Colores chillantes y de aspecto vulgar.

Yo (sarai): Una amiga vende ropa y de vez en vez luego me compro o simplemente me regala una que otra cosa.

Madre: Están horribles esas modas, no le aceptes nada a esa amiga que tienes, sepa de donde venga esa ropa, te vez muy vulgar hija, pareces no sé, difícil de combinar y aparte tengo que separarla por los colores, unas despintan y no puedo poner la lavadora por tus caprichos de tanta cosa horrible que te pones, aparte tenderla van a ver los vecinos que somos vulgares.

Madre: Pues ¿Qué te está pasando? Ya no te juntes con esa ...