Segreto di confessione - Relatos Eróticos

Segreto di confessione

... se me veían los pezones y una peineta de orejas tipo conejo. Me pide Sofía que esperara en la puerta de la entrada donde estaba, me da una bolsita de mano mega chica que solo cabía mi teléfono celular y esperando a que me recibiera el anciano que por cierto nunca dijo su nombre.

La monja me da una bata café para cubrirme y sin más me lleva hasta el fondo donde hay habitaciones, en una de tantas toca una puerta y me deja ahí hasta que se abre una mega puerta de madera que parece blindada. El olor era una especie de madera tratada con aceites aromáticos e incienso impregnado con la nafta de veladora, así el hedor del recinto en el que estaba.

Anciano: Hola colegiala, pásate tienes buen cuerpo y linda edad.

Yo: Hola señor un gusto,

(me toma de la mano y yo pensando que me va a llevar a su cama, pero no fue así, fue muy incómodo y doloroso el encuentro con el tipo).

Me lleva a una especie de sala o lo que es la sala de una habitación tipo claustro y me sienta en un sofá algo antiguo, veo en frente una mesa grande y encima de la misma una cámara digital con un foquito rojo, le pregunté si estaba grabando aparte de estar mega nerviosa.

Anciano: Así es, grabo algunos encuentros para mi uso personal por un lado pero por el otro es para mí seguridad, tú ya obviamente comprenderás. Nada de preguntas obvias. Mira, vamos a repetir la entrada, te quiero sin nervios, como las demás, muy putas. Desenvuélvete sin miedos no pasa nada, dime papá y quiero que hables sucio y gimas como perra en todo aunque sientas dolor vale, aquí nadie escucha.

Anciano: Antes que nada y por cierto, soy yo quien te quería estrenar esa virginidad, teníamos en mente disfrazarte de la virgen maría y luego yo estrenarte representado como Jesús cristo, pero veo que hoy en día muchas hasta nacen sin serlo jajajaja, una dispensa por el sufrimiento que pasaste así son esos canijos, manosean la mercancía.

(Me quedé muda, fría y perpleja al ver quien fue el que ordenó y orquestó toda este degenere hacia mi persona)

Yo: Tenía la idea que ustedes eran buenas personas, como están cerca de dios y esas cosas, no sé que decir, estoy muy asombrada.

Anciano: Mira, eso de la religión es pues son solo creencias de gente pendeja puros cuentos y eso que llevo años en esto, llego a la conclusión que nada de eso existe, es negocio y comodidad bajo el amparo de muchas cosas. Como verás soy humano que igual tiene sus necesidades como todos los demás y bien algo que quieras comentarme, algo que quieras pedirme, una petición o no sé, dilo ahora o caya para siempre niña, esto es entre tú y yo.

Yo: Si está bien señor, solo asenté la cabeza.

(no me acuerdo a bien que más platicamos por los nervios y por la injusticia que sentía en ese instante pero más o menos así fue)

Yo: No quiero que le haga daño a mi familia a mi mamá a mi hermanita y a mi papá, no quiero que me hagan daño a mí y no quiero ser prostituta y mucho menos morir.

Anciano: Créeme que de mi parte no hago ...