1. La chica sin nombre y mi polla dura


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... su piel, tiene una espalda hermosa y no pienso desaprovechar la oportunidad de saborear así que beso su nuca, su cuello, el hueso que sobresale en su paleta, el lunar a media espalda, pongo especial atención los huecos que se forman justo antes de sus nalgas, luego la redondez de sus nalgas se presentan a mí alcancé así que muerdo un poco y se gira. Mi boca queda a la altura de su vagina, aspiró de nuevo y lamo su vulva húmeda mis labios aprisionaron su clítoris y succiono una, dos, tres veces antes de soltarlo y comenzar a mover mi lengua en círculos sobre él, siento como se tensa y las piernas le comienzan a fallar está a punto introduzco un dedo; está mojado y caliente busco ese lugar y frotó mi dedo y de inmediato se corre.
    
    Separa su cuerpo de mi boca.
    
    —Ahora me toca a mí hacerte gozar viejo.
    
    Se me acelera el corazón que ahora late desbocado.
    
    Sus manos son hábiles al desnudarme fácilmente retira mi playera deportiva dejando al descubierto mis pellejos, pero a la chica sin nombre no le importa y baja mis pants, me siento vulnerable sin ropa pero no veo ningún gesto raro cuando ve mi cuerpo arrugado, al contrario abre la boca sorprendida al ver mi falo firme lo toma y poniéndose de rodilla lo lleva directo a su boca.
    
    ¡Es la gloria! sus labios son suaves, expertos en dar placer a un hombre quiero prolongar esto el mayor tiempo posible así que recurro a mi experiencia y controlo mi respiración.
    
    La detengo antes de vaciarme y la ayudó a ponerse de pie.
    
    Toma su bolso antes de dejarse llevar hasta mi habitación. Saca de su bolso un preservativo y lo lanza me lo pongo y la recuesto en la cama, la observó tendida, abre y levanta sus piernas en una invitación a tomarla.
    
    No la desaprovechó y me clavo de un golpe escucho como gime cuando la invado, está caliente, apretada y húmeda muy húmeda me muevo buscando su placer encuentro el ángulo adecuado y atacó.
    
    Cuando ella clama mi nombre sé que he ganado, que es mía como ahora yo soy suyo también me vacío en ese momento.
    
    —Me llamo…
    
    —No, no me digas tu nombre para mí siempre serás la chica sin nombre. 
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