1. La chica sin nombre y mi polla dura


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... una sonrisa llena de sarcasmo.
    
    —Depende, digo sí, quiero un rato contigo.
    
    —Cobro 1500 por hora por acompañante, sin límites de nada, no incluye hotel, ni preservativos.
    
    Mis ojos se abrieron mucho, y ella soltó una risa cuando vio que abrí la boca e intenté decir algo que nunca salió.
    
    —Vamos viejo no me vas a decir que creías que una chica como yo es económica. Dime, tienes dinero? O te vas, porque ahí detrás de ti hay alguien esperando para saber si me voy contigo o con él.
    
    Dijo esto último saludando a alguien a mi espalda.
    
    —No no!!! Hoy te quiero para mí, vamos mi casa está cerca.
    
    —Nada de vamos, primero me pagas.
    
    —No me digas que tienes miedo de un viejo que además te llevara a su casa, debería estar más nervioso yo.
    
    Solo tengo una advertencia, mi pedido es inusual, así quiero que me digas antes de llevarte hasta allá si estás dispuesta.
    
    Cerca de nosotros había una mujer comprando chucherías a su berrinchudo hijo que lloraba porque no le compraban lo que él quería. Tanto la madre, como la chica sin nombre pusieron atención a mi persona.
    
    Tratando de que nadie más se diera cuenta de mi extraña propuesta a esa prostituta le susurre al oído mi petición especial.
    
    Ella abrió mucho los ojos y se llevó la mano a la boca creo que la mujer del niño llorón alcanzó a escuchar porque también abrió la boca, giró su cabeza para verme detalladamente y con una ligera sonrisa alejó a su pequeño mocoso enfadoso de ahí.
    
    Luego de su sorpresa, la chica sin nombre aceptó ir conmigo.
    
    Caminamos al sur, rumbo a mi casa, así sin tomarnos de la mano, como antes lo hacía con Rosita, en silencio como nunca lo hice con ella.
    
    Las tres cuadras pasaron rápido, llegamos al pórtico antes de entrar a casa le dije espera aquí, no tardó.
    
    Ahí en el pórtico había una mesa y un par de sillas, así que la chica del vestido corto me esperaba cómodamente en uno de ellos.
    
    Salí con los 4500 pesos, un par de tazas de café, la lotería y un puño de frijoles.
    
    Le di el dinero, puse una taza de café frente a ella y comenzamos a jugar a la lotería
    
    Luego de un rato entramos a casa, las fotos de mi Rosita están por todas partes, sonriente, alegre, llena de vida…
    
    Cerré los ojos pues no sé si hago lo correcto y ahí está ella radiante frente a mí, no hay reproche en sus facciones mueve la boca pero no la escucho solo puedo leer sus labios donde claramente me dice: estás vivo, vive. Y luego da media vuelta y desaparece.
    
    La joven morena que me acompaña me despierta de mi sueño con un suave tirón en mi brazo.
    
    —Viejo ¿Estás bien?
    
    —Sí, si.
    
    Camino hasta el viejo equipo de sonido y lo enciendo elijo un acetato de jazz suave, coloco el disco y la aguja sobre el vinil negro y la música invade la habitación le tiendo la mano a mi acompañante y con una sonrisa viene a mí.
    
    Hundo mi cabeza en su pelo, un sutil aroma a jazmín embriaga mis sentidos y despierta el deseo una leve punzada en mi entrepierna me recuerda que estoy vivo le ofrezco mi ...