1. La chica sin nombre y mi polla dura


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... mano y cierro la otra sobre su cintura. Comenzamos a bailar lento en medio de la sala ella ríe, no sé si porque de verdad se divierte o por que se burla de un viejo y sus formas de gastar el dinero.
    
    Éramos como el amanecer y el atardecer reunidos en un solo baile, como si el invierno y la primavera se combinarán en un solo momento y lugar.
    
    No me amedrente por el contrario la mire firme a los ojos, luego mi vista se desvió a sus labios y es sin remedio mi perdición; unos labios carnosos y sensuales, entreabiertos como una invitación… la bese suave y tiernamente lo que a ella la sorprendió, pero no sé apartó, se dejó querer por mí con su permiso soy más atrevido y mi lengua entra en su boca abriendo sus labios de inmediato siento el sabor de la menta sobre mi boca, ella devuelve el beso y me lleva al paraíso.
    
    En ese momento ya no me importa la música ni llevar el ritmo nos olvidamos de ella y como si fuera un adolescente comienzo a viajar por su cuerpo mis manos ávidas de placer tocan su piel al llegar más allá del vestido; jugueteó un momento en el dobladillo antes de comenzar a subirlo por sus piernas ella me deja y sigo el movimiento ascendente hasta quitar por completo la tela de su cuerpo.
    
    ¡Es hermosa! Mucho más de lo que podría desear. Y me alejo para contemplarla mejor
    
    Quiero que baile para mí.
    
    —Baila para mí por favor.
    
    Me dejó caer en el sofá para disfrutar la vista
    
    La veo en esa fina lencería y reconozco mi propio deseo, un sentimiento que tenía años sin sentir, ella ha hecho renacer mi cuerpo y sus emociones.
    
    Sus movimientos son seductores como de una felina a punto de abalanzarse sobre su presa.
    
    Se agacha mostrando su cuerpo dándose a desear; se acerca hasta donde estoy y seductora sube una pierna al sofá, toma mi cabeza y tira de ella me acerca a su sexo; su olor lo inunda todo y el más salvaje y puro deseo llega a mí como una ola, como una ráfaga de aire capaz de arrancar hasta el árbol más firme. Intento contener mi emoción pero reconozco esa mirada que antes vi en otros ojos… ella también me desea, desea a este viejo y eso es más grande que la erección que tengo debajo de los pantalones, estoy duro como una roca…
    
    Me pongo de pie y tomó el control o ella me lo cede no lo tengo claro, solo sé que el reverso de mi mano acaricia su rostro antes de volver a besarla, continuó mi beso más allá de su boca, sus mejillas, párpados y cada lugar de su rostro es tocado por mi boca, ella suelta un gemido cuando mis labios tiran de su oreja y juguete un poco en su lóbulo, expone su cuello y lo lamo hasta ese exquisito hueso expuesto en su clavícula; su piel es tersa, una suavidad que contrasta conmigo, pero que disfruto.
    
    Con una mano acarició su seno antes de llevarlo a mi boca, sus pezones responden al estímulo y se erectan en mi lengua, sus manos se hunden en mi pelo y sin aliento me separó de ella.
    
    La hago girar y pego mi erección a su trasero que se mueve estimulando, mi boca sigue su particular paseo por ...