Reunión navideña - El viaje 2ª parte (Capítulo 4) - Relatos Eróticos

Reunión navideña - El viaje 2ª parte (Capítulo 4)

... acelerando la manipulación del miembro de Juan al mismo tiempo que él se volcaba cada vez más sobre ella e introducía sus dedos más fuerte y profundamente.

En el fragor del momento, Marcela ya no aguantó más y libero el pene totalmente erecto y brillante de Juan para masturbarlo con mayor facilidad sin importarle que Mónica estuviese delante.

Mónica no podía dejar de mirar la polla de Juan, era muy gruesa y larga, quizás no tan larga como la de su marido, pero sin duda más gruesa y venosa. La base estaba totalmente poblada por pelo canoso y las gotas de líquido preseminal saltaban en cada movimiento de muñeca de Marcela.

Juan tampoco pudo resistirse y empezó a besar con lujuria a su mujer mientras le introducía ya 3 dedos en el coño totalmente encharcado a juzgar por los sonidos que emitía. Marcela gemía ya en lo que ya no podía definirse como un susurro y Mónica no pudo evitar presionar con su mano derecha sus pechos y con la izquierda la entrepierna.

Era inútil seguir fingiendo que dormía y empezó a contemplar la escena sin disimulo pese a lo cual, Juan y Marcela estaban tan absortos en su faena que ignoraban la situación de Mónica.

Mónica no pudo contenerse más y abriendo las piernas retiró sus bragas a un lateral y empezó a masturbarse presionando fuertemente su clítoris. La pasión que sentía era incontenible y estaba al borde del orgasmo ante tal escena.

Por fin, Juan y Marcela miraron a Mónica viendo desde su perspectiva su coño totalmente abierto y mojado. Las miradas de los tres se cruzaron y siguieron con sus respectivos trabajos sin mediar palabra.

Marcela empezó a convulsionar en un orgasmo mientras besaba a Juan al que masturbaba con furia. Juan no podía aguantar mucho más y levantando la cadera del asiento empezó a eyacular en una explosión que dejó un par de gotas en los zapatos de Mónica… Mónica, por último, tuvo un orgasmo como hacía años mientras se trataba de controlar y se agarraba las ropas y se encogía sobre si misma.

Hubo silencio… y los tres quedaron tendidos en la misma posición mientras se miraban mutuamente con sus partes a la vista como exponiéndoselas unos a otros.

- ¿Va todo bien ahí atrás? ¿Os va bien que ponga Creedence clearwater revival? - Susana rompió el silencio desde la parte delantera del vehículo.

- Claro cielo, ya sabes que me encantan - respondió Juan al tiempo que todos se recolocaban y volvían a la normalidad fingiendo que nada había pasado.