Reunión navideña - El viaje 2ª parte (Capítulo 4) - Relatos Eróticos

Reunión navideña - El viaje 2ª parte (Capítulo 4)

... miraba con una sonrisa serena y no pudo más que apartar la mirada de sus pechos para mirar al horizonte y tratar de disimular su erección. Susana disfrutó ese momento.

…..

Juan se había quedado traspuesto en la parte trasera del vehículo mientras Mónica y Marcela hablaban de banalidades. La relajación sexual, el desayuno y el madrugón habían hecho que se relajara hasta el punto de dormirse en una siesta no demasiado profunda, pues escuchaba lejanamente la cordial conversación entre su mujer y Mónica.

Pasado un rato, ambas mujeres cesaron su conversación y en la parte trasera del vehículo se cayó en un momento de relajación en el que el silencio del vehículo solo se interrumpía levemente por el rodar de los neumáticos.

Con este ambiente Mónica tampoco pudo evitar la somnolencia y cayó en un sueño profundo pero vivido en el que estaban ambas familias celebrando la navidad risueños y sin conflictos. En un nivel más profundo ella misma se preguntaba si ese sueño era parte de su deseo por ver feliz a su hija Noelia o era un sueño premonitorio.

Fue despertando del sueño poco a poco al escuchar risas acalladas y lo que parecían lametones. Le vino a la mente Bilbo, el perro que tuvo en su infancia…

Mónica empezó a ser consciente de donde se encontraba y empezó a distinguir con mayor claridad aquellos “lametones” y risas. Recordó estar de viaje con su marido y la familia del novio de su hija…

Ya completamente despierta empezó a temer el abrir los ojos por lo que pudiera encontrar ya que el sonido claramente procedía de alguna clase de acto sexual y no quería encontrarse en una situación comprometida allí.

No obstante, su curiosidad fue mayor y trató de abrir los párpados lo suficiente para que los pocos rayos de luz que entraron en sus corneas le dejasen entre vez la imagen que tenía delante.

Ante ella se encontraban abrazados supuestamente “dormidos” Juan y Marcela. Sus cabezas descansaban la una contra la otra, con los ojos cerrados y con la respiración agitada ambos susurraban rompiendo su falsa actuación de somnolencia.

La imagen fue cada vez más clara y Mónica podía ver como Juan tenía metida su mano entre las piernas de Marcela, la cual estaba en tal posición que podía aprecia que bajo su falda no llevaba bragas y que Juan ya tenía dos dedos dentro de su frondoso coño. Por su parte, Marcela tenía la mano dentro de la bragueta de Juan y la movía lentamente para arriba y para abajo, en un movimiento pausado pero constante.

Mónica no sabía que hacer, los ruidos que hacía la pareja eran bastante notables, lo que la dejaba en una posición complicada ya que no sería creíble mantener su también fingido sueño por más tiempo. Lo peor fue notar como se espesaba su saliva, su corazón empezaba a latir le en la garganta y su entrepierna se humedecía…

No podía negar que la escena la estaba excitando como hacía tiempo que nada lo hacía y sentía un fuego en la entrepierna que a duras penas podía controlar.

Marcela iba ...