De cuernos y cornudos. Infidelidades de chicas. - Relatos Eróticos

De cuernos y cornudos. Infidelidades de chicas.

... Menuda zorra que está hecha esa. Qué ganas de reventarla a pollazos”. ¡Eras tú, Lara! ¡Quiere follarte a ti! Se puso cachondo pensando en ti y seguro que se casca pajote diario pensando en tu coño, en tu culo y en tus tetas. Aquello me puso más rabiosa aún. ¡Hijo de puta!

Me quedé de piedra. Me pinchan y no me sale ni gota de sangre. Desde luego, inaceptable el comportamiento de machito de mierda de Rai, pero anda que la boba de mi cuñadita… Y para rematarlo se había quedado preñada.

Esa noche no fui capaz de hacer el amor con Bruno. Ya se dio cuenta él de que estaba un poco alterada. Se lo achacamos al trabajo y aquella noche no hubo mete y saca, aunque tampoco dormí casi nada. En mi mente se repetía la frase de Rai a Yolanda “Dile a la puta de tu cuñada si quiere que se la folle una buena polla” y me venía a la mente la polla de Rai. Larga, dura y cabezona. Como no tengo remedio, acabé mojada, pero no fui más allá. La vergüenza y el miedo de tener que contarle a Bruno porqué estaba así me pudo. Aun así, me sentí sucia. Muy sucia. Pensar que me había excitado con el miembro de mi excuñado, cuando él se había comportado como un auténtico troglodita con Yolanda, me hizo comprender hasta qué punto la mente humana llega a ser primitiva: después de muchos años de evolución, aún prevalecen los instintos sobre la lógica.

Tampoco tuve mucho tiempo de darle vueltas al tema. Nada más levantarme, tenía un mensaje de Yolanda en el teléfono que decía: “nunca me he alegrado tanto de tener el período”, “no vas a ser tía, al menos, de momento” “muchas gracias, amor, por no juzgarme y darme todo tu apoyo”, “pon en marcha el plan”, “lo necesito”. Le respondí con un montón de emoticonos de besos y un “ya hablaremos, me pongo a ello”

Esa misma tarde contacté con Lorenzo. No respondió a mis tres primeras llamadas. Después de un buen rato, sonó mi teléfono y vi la llamada entrante: “Lorenzo Cabrero”. Me dio un vuelco el corazón, pues llegué a pensar que pasaba de mí.

Lo(Lorenzo)-Laurita, cachonda, tengo tres llamadas tuyas. ¿qué hay de ti y del mariquita de tu novio?

L(Lara)-Hola Lorenzo. Estamos bien, sí. ¿Tú qué tal?

Lo-Estoy fastidiado Laurita. En verano traspasó mi madre y tengo una pena enorme. Y la salud tampoco la tengo muy buena.

L-¡Ostras, Lorenzo! No sabes cómo lo siento.

Lo-Pero dime, zagala. Sigues con ese novio tuyo tan cornudo. Le has dejado ya que te dé bien por el culo. ¡Ay gachí!, Como me acuerdo de ese agujerito tuyo, tan cerradito. ¡Mira! Hasta se me ha puesto dura de pensar en él.

L-Bueno Lorenzo, que tampoco es para tanto.

Lo-Laurita, Laurita, que buenas pajas me he hecho pensando en ti. Hasta me follé a la Dolores pensando en tu culo. (no quise ni preguntar quién era la Dolores, por si acaso, ya me entendéis).

L-¡Oye Lorenzo! ¿cómo tienes lo de la cabaña para el puente? Queríamos celebrar el aniversario allí.

Lo-Ay Laurita. Ya no me dedico a eso. La tengo cerrada. No me queda tiempo para esos menesteres. Lo ...