De cuernos y cornudos. Infidelidades de chicas. - Relatos Eróticos

De cuernos y cornudos. Infidelidades de chicas.

... resto de finde semana. Ahora convivo con aquella sensación de disgusto, porque aún no he acabado de superarlo, aunque estoy en ello. Creo que cada vez lo llevo mejor. ¡O no!

La cosa con Bruno cambió. Después de mi amago de borrachera, la verdad es que el chaval se volcó conmigo. Debió pensar que todo venía por el motivo que venía y se sentía muy culpable. Me gustaba mucho esa forma de comportarse de mi chico, continuamente pendiente de mí. Estaba trabajando y no paraba de enviarme mensajes para ver cómo estaba. Supongo que lo comentaría con su familia y lo mismo. Cuando no tenía un mensaje de Yolanda, (que imagino que también tenía sus sentimientos de culpabilidad por lo sucedido meses atrás), era Andrea o Raúl e incluso Toni llegó a escribirme por su cuenta. ¡Que lindo, Toni! Hasta me pareció majo. Después de alabarme y decirme un montón de cosas bonitas, lo remató diciendo que yo era lo que más importaba a su hermano y que él haría todo lo posible porque todo continuara siendo así. Se lo comenté a mi chico y el muy cabezota se empecinó en que lo quería su hermano era llevarme al huerto. ¡No sé que voy a hacer con este niño! jajaja.

Hasta que un día, entre sus muestras de cariño típicas y arrumacos que tanto agradezco, Bruno me preguntó directamente: ¿por qué Lara? ¿por qué te pusiste así? ¿qué pasó para que te sintieras tan “desolada”? (Bruno sabe que una de mis canciones favoritas para llorar es “Desolado” del grupo Pastora)

L(Lara)-Pensaba que te lo había dicho mi padre.

B(Bruno)-Lara, tu padre te quiere mucho. Sólo me dijo que te vigilara, porque te vio muy mal aquella mañana que fuiste a hablar con él.

L-Bruno, estaba muy agobiada. Dejémoslo así, cariño, por favor. Tenemos un pacto y no lo voy a romper.

B-De acuerdo amor. No insisto, pero no quiero que vuelva a ocurrir o tendremos que replantearnos cosas. Confío en ti.

L-Bruno. No sé. He de confesarte una cosita: que me acosté con Estefanía.

B-Jajaja. Lara ese no es un problema. Ya lo sabía. Ella me lo dijo. Sé que te pilló llorando.

L-Siento haberte puesto cuernos. No sé lo que me pasó. Me abrazó contra su pecho, me besó en la frente, pasó sus labios por mis lágrimas y acabó besándome en la boca.

B-Y os calentasteis, me imagino.

L-¡Joder Bruno! Ya sabes tú los melones que tiene la tía. Se le pusieron los pezones tiesos y los míos igual.

B-¡Qué guarrillas sois las dos! ¿Se los chupaste?

L-Sí. Le saqué la camisa de trabajar, le desabroché el sujetador y comencé a besarle el cuello mientras le amasaba las tetas y le pellizcaba los pezones. La verdad es que me pone muy burra cuando la veo con el uniforme de gasolinera.

B-¿Ella se dejaba hacer o te metía mano a ti?

L-Al principio, sólo me besaba y jugaba con su lengua dentro de mi boca. Después se fue acelerando. Sus manos buscaban mis tetas, me sacó la camiseta y se puso como loca a morderme los pezones. Empezó medianamente bien, pero se puso como loca. Ya sabes. Me hacía daño y tuve que ...