1. Vaya aniversario del colegio


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Astrid Carolina, Fuente: CuentoRelatos

    ... exclamó Ricardo, sonriente.
    
    - Jamás Ricardito, los patas compartimos todo, verdad Carlita? Me quedé muda. Aún en mi borrachera sabía lo que se venía, pero ni por eso abrí la boca. Solo atiné a besarlo una vez más.
    
    Pablo, deslizó su mano por mis hombros, haciendo que el vestido dejara al descubierto mis senos; mientras Ricardo detrás de mí me besaba la espalda mientras con sus manos tiraba del vestido hacia abajo, hasta que mi vestidito quedó en el suelo, dejándome con los pechos al aire y solo cubierta por mi calzoncito rosado y mis medias.
    
    - Que delicia Carla. Siempre soñé con este momento. Cuantas pajas me hice de chico pensando en ti, y ahora por fin serás mía, balbuceó Pablo, que no dejaba de morderme los pezones.
    
    - Y pensar que a ninguno de los dos nos diste pelota y todo por el cojudo del Ernesto. Pero la vida nos da revancha Carlita. Estas bodas de plata las vamos a recordar el resto de nuestras vidas, dijo Ricardo, mientras me abría las nalgas lamiéndome la concha desde atrás.
    
    De pronto estaba arrodillada frente a ellos, ya desnudos (nunca supe en que momento se desvistieron), y mi tarea era meterme la verga de cada uno calculando un mismo tiempo para cada uno. Solo sentía de vez en cuando que me agarraban de la cabeza forzándome contra su miembro lo que me provocada arcadas. Besaba y lamía esos testículos que parecían reventar de lo hinchados que estaban. Mientras se la chupaba a Pablo, con la mano masturbaba a Ricardo y viceversa.
    
    Sin pensarlo más, hice que Pablo se sentara en el sofá mientras sentándome sobre él me clavé su verga, comenzando a subir y bajar torpemente por mi estado de ebriedad, mientras Ricardo me chupaba los pezones y me lamía los senos. Ni hablar, Carlita, tú sí sabes ahh, dijo Ricardo. Nooo, grité. Yo no... yo soy una mujer casada. Soy una señora, por favor, dije, tratando de justificar mi pericia.
    
    Empecé a moverme más rápido sobre la verga de Pablo. Las sensaciones que tenía eran intensas. Pablo me hizo una señal para levantarse y se recostó en la alfombra. Me tomó de las manos y poco a poco me hizo sentar sobre esa deliciosa verga, cuando de pronto un dedo travieso de Ricardo acariciaba la abertura de mi ano.
    
    - Nooo. Por ahí no, por favor – fue lo único que recuerdo haber dicho como respuesta a esa caricia.
    
    Si la mujer disfruta del sexo anal puede ser ver verdad o mentira, dependiendo de cada mujer y de su experiencia personal. Yo ya lo había hecho algunas pocas veces y lo había disfrutado; pero no quería quedar ante mis ex compañeros como una experimentada.
    
    Ese dedo travieso, recorrió todo el borde de mi ano, haciendo círculos, hasta que finalmente logro introducir un dedo. Me quedé inmóvil por unos segundos para luego continuar degustando la verga de Pablo. Luego entró un segundo dedo. Sentí un escupitajo, ya que algo de saliva me cayó en la espalda. Sabía lo que venía.
    
    - Me hubiera gustado tener vaselina, dijo Ricardo, lamentándose.
    
    - La Carlita es aguantadora no más, ...
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