1. Una noche de furia


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... quedé dormida.
    
    Cuando desperté, Paco dormía profundamente. Fui a la ducha y cuando salí él estaba sentado en la cama.
    
    “Buen día hermosa.” Me dijo con una sonrisa brillante en el rostro.
    
    “Maravilloso despertar me regalaste.” Dije y fui directamente a besarlo y él me respondió abrazándome.
    
    Nos vestimos y cuando salíamos me dijo:
    
    “Flaca, vamos al boliche de Tony, hoy nos íbamos a encontrar el grupo.”
    
    “Dale, pero dejame pasar por casa. Eh, pero veni conmigo.”
    
    Paco asintió, pagó el hotel, y fuimos a mi casa. Estacionamos las motos en el garaje, y entramos. Ya era el mediodía del sábado.
    
    “Dame 5 que me cambio.” Dije.
    
    Fui a mi cuarto, miré mi ropa, me miré al espejo y me sonreí. Me cambié la ropa interior y solo me puse una tanga, brazier no. Me puse una remera blanca, super ajustada, una mini super corta, que casi dejaba ver mi cola, las botas y mi campera. Me puse perfume, me peiné un poco, y fui a living, donde me esperaba Paco.
    
    Cuando me vio aparecer se puso de pie, mirándome detenidamente.
    
    “¿Con esa mini pensas ir en la moto?” Me preguntó.
    
    “En realidad, me preguntaba si vos tendrías algún problema que vayamos en una sola moto, la tuya…” Le dije y fui hacia él, me pare muy cerca, mire su bulto que empezaba a crecer y le di un beso, para después darle la espalda y girar mi cabeza para ver su cara, y los ojos le brillaban con todo.
    
    Me tomó de la cintura y me atrajo hacia él, haciéndome sentir en el culo como su pija estaba dura. Mientras la liberaba, apretaba mis pechos, con fuerza. Me puso en cuatro patas en un sillón, corrió la tanga y me penetro con fuerza. Instantáneamente me moje por completo. Me tomaba de la cintura y embestía con tanta fuerza que el choque de nuestros cuerpos me hacía doler. Estaba desatado, hasta su pija se sentía más grande.
    
    Sentir que parecía otro hombre, que no era el mismo que la noche anterior me había vuelto loca con sus caricias y ahora no tenía piedad de mí, embistiéndome con fuerza, me volvía loca. De pronto sentí que escupía mi orto, y estuve segura que me iba a penetrar por allí. Me preocupe porque no estaba dilatado y sentirlo tan caliente, pensé que me iba a doler y hasta lastimar, pero no podía negarme, lo deseaba. Sin embargo, fue un dedo el que me comenzó a penetrar.
    
    Dije “Sí” y el dedo entro hasta el fondo. Aullé de placer al sentirlo. Me poseía como endemoniado. Cada vez se movía con más fuerza. Casi no podía sostener sus embestidas. Sin esperarlo y sin aviso, acabó en mi concha con todo, generándome un terrible orgasmo. Luego de unos segundos, la sacó, lo mismo que su dedo, acomodó mi tanga, me puso frente a él y me besó con todas sus fuerzas. Yo lo abrace y acomodé mi cabeza en su pecho.
    
    “Vas a tener que esperarme de nuevo, porque tengo que pasar al baño y a cambiar la tanga.” Dije. “Ah, no me contestaste.”
    
    “Vamos en mi moto.” Dijo.
    
    Me cambié, tomé mi casco y subí a su moto. Me abrace a su pecho y partimos. Pensaba en lo bien que me sentía, en que ...
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