1. Una noche de furia


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... después, Tony me miró y sonriendo me guiño un ojo mientras decía “Listo.”
    
    Seguimos charlando, comimos las hamburguesas, y estábamos terminando nuestra cerveza cuando otra voz de hombre, a nuestra espalda dijo:
    
    “Tony, vas a tener que tener cuidado, porque dos diablas se escaparon del infierno, y pueden convertir el boliche en una sucursal.”
    
    Lo mire a Tony y se largó a reír, mientras se encogía de hombros. Me di vuelta y era Paco con Víctor, dos amigos del grupo de las motos.
    
    “Pelotudo, te vas a comer una patada en las pelotas. Hoy tengo los patos volados.” Dije y los saludé con un beso en la mejilla. La presenté a Mary y quedamos charlando los cuatro.
    
    “Pasaba y vi tu moto afuera. Por eso entré. Me pareció muy raro verte de noche acá.” Dijo Paco.
    
    “Tuve una semana de mierda, si no salía, te juro que explotaba en casa.”
    
    “¿Y tu novio, no te banca en las malas?”
    
    “Mi ex novio, me colgó porque como él es empleado, se siente menos que yo. Idiota.”
    
    “Perdón flaca, no sabía.”
    
    “Tranqui, y vos, ¿ahora salís con Víctor? No sabía que eran esos tus gustos.”
    
    “Dale boluda. Estamos los dos solos, salimos a buscar carroña…”
    
    Mary que charlaba animada con Víctor, me miró y me guiño un ojo. Yo estaba sentada en la banqueta de la barra, con las piernas abiertas dando la espalda a la barra, y Paco, haciéndose el tonto, se puso entre mis piernas. Tony se acercó, estaba retirando los platos y las botellas, cuando Paco pidió más cervezas. “Descuidadamente” apoyo su mano en mi pierna, cerca de la rodilla. Ni mire la mano, ni dije nada.
    
    Con Paco siempre tuvimos buena onda. En las salidas a la ruta sobre la pista era uno de los que estaba siempre pendiente que las mujeres del grupo seamos integradas, nadie se propase, y sobre todo que viajemos en forma segura. Es un tipo de 1,80 buen físico, andará por los 35 años, separado y dueño de un negocio. Nunca pasó nada entre nosotros, pero siempre me sentí cómoda con él.
    
    Cuando Tony trajo las cervezas, me di vuelta, él se apoyó en la barra hombro con hombro conmigo. Me acerque a su oído y le pregunté:
    
    “¿Víctor vino con la moto?”
    
    El asintió con la cabeza. La miré a Mary, le hice una seña y fuimos a los baños.
    
    “¿Cómo vas con Víctor?”
    
    “Genial, es muy copado. Me gusta. ¿Vos?”
    
    “Bien, Víctor está con la moto, ¿Te jode si me rajo con Paco?”
    
    “No loca, dale tranquila.”
    
    Volvimos y lo miré a Paco, que hablaba con Víctor. Cuando me senté, volvió a ponerse a mi lado. Antes que pueda decir nada le dije:
    
    “Ya sabes que estoy muy rayada. Entendería si no querés, porque ni yo misma se como puede salir. Tengo ganas de un buen polvo, y me gustaría sacarme las ganas con vos.”
    
    “Yo dije que estabas como diabla, y no me equivoqué. Cuando quieras partimos.”
    
    Me sonreí, tomé lo que quedaba de la cerveza, pagamos, nos despedimos de Víctor y Mary, y salimos a buscar las motos.
    
    “Vos vivís solo, ¿No?”
    
    “Si.”
    
    “Yo también, pero tengo ganas de algo distinto. Seguime.”
    
    Salimos, íbamos ...
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