1. Xochi, cómplice de mi madre, incesto y placer (Parte 1)


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Incesto Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos

    ... ojos y con la cabeza echada a un lado tratando de relajarse, mientras sentía a su lado el gemido suave de “Mena”. Ella quería sentir las manos de Carlo sobre su espalda, mientras veía como esas manos alcanzaban también las caderas y las piernas de “Mena”, abriéndole y acariciando lo inimaginable en el orgasmo que sintió cuando sonó el suspiro de su amiga.
    
    Entreabriendo mínimamente los ojos, mi madre sintió que Carlo le acariciaba con un dedo su columna, desde el cuello hasta el comienzo de su cola, mi madre levantó su cadera invitándolo, pero Carlo abandonó la caricia antes de hundirse entre los glúteos de mi madre en extrema excitación.
    
    —Gracias Carlo, la crema estaba fría, pero me encantó sentirla con este calor que quema la piel. Dijo “Mena”, provocando a mi madre
    
    —Carlo es muy bueno dando masajes, deberías probarlo Lau… dijo —Paulo desde el timón orientando la nave, hacia el viento.
    
    No había duda que la estaban provocando entre los tres, mi madre ardía de deseo, pero sus orgasmos debían esperar aún más. El desinhibido bulto de Carlo seguía rígido bajo la suave tela del short que llevaba, al parecer poco a poco todos nos íbamos desinhibiendo; Roxana y yo también tomando mayor confianza.
    
    —Tranquila Lau, ya llegará tu hora, ahora es tiempo de disfrutar de un buen chapuzón –dijo Carlo dándole una cachetada en el muslo a mi madre.
    
    Después de que tiraron anclas, mi madre, “Mena”, Carlo y Paulo se arrojaron a las verdes aguas mientras nadaban, el pelado José (el tercer tripulante) se hizo cargo del timón. Roxana y yo también nadábamos desde la playa de la isla hacía el yate, cuando los cruzamos en ese ida y vuelta entre las olas, ellos nadaban hacia la isla. José, “el pelado” acomodó la escalerilla para que subamos con Roxana, la dejé escalar primero para ver su hermosa cola porque también sus lolas de pendeja, estaban al aire con sus pezones firmes por el agua fría.
    
    —¿Te gusta más mi cola o mis pezones?, —Se giró Roxana preguntándome y tomándome de la mano, ayudándome a subir por la escalerilla, mientras más me gustaba y me imaginaba su conchita depilada en mi boca —iba a ser la primera vez que chupara un clítoris, iba a ser mi debut, pensaba—, mientras que de su tanga se escurría un hilo de agua de mar hacia mi cara.
    
    —Vení Ricardo, vamos a agarrar los catalejos y te enseño porqué este yate se llama “PÉCHÉ”.
    
    Subimos al puente de timón y Roxana con los catalejos apuntando hacia la playa de la isla, exclamó —guau, que perra es tu mamá, con razón mi papá siempre habla de ella y mi mamá se pone celosa mal, tomá, miralos.
    
    Tomé los catalejos, y mi madre estaba echada sobre Carlo, que la penetraba por el culo, mientras que Paulo, sosteniéndola del cuello le chupaba la boca más que besarla. Ella sonreía o gemía al sentir al fin, su esfínter dilatándose con la pija del moreno.
    
    No faltó mucho para ver que el trío al final se conformaría en esa pose que mi madre tanto anhelaba y que me confiara en nuestros pecados en Río de ...
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