1. Xochi, cómplice de mi madre, incesto y placer (Parte 1)


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Incesto Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos

    Recién amanecía y ya se sentía la ducha en el baño de la suite, cuando aproveché la excusa de entrar en él, ya que en el de huéspedes, “Mena” hacía rato que se escuchaba también en la ducha. Detrás del vidrio fumé, el cuerpo de mi madre era la silueta de una ninfa esculpida. Me rocé suavemente la pija sobre mi bóxer y dejé que mamá notara que yo estaba allí, espiando sus curvas.
    
    —Ricardo, sos vos?
    
    —Si ma… “Mena” está en el otro baño
    
    —Ve al de planta baja
    
    —Estoy medio dormido, me caería por las escaleras
    
    —Tonto, ya sé a qué venís, hoy salimos a navegar con un viejo amigo mío. ¿Venís?
    
    Ella salió de la ducha, apareciendo envuelta en un toallón rojo que colgada desde sus senos hasta por debajo de su cola, dejando librada a mi imaginación aún húmedas su cola y su vulva, cuando algunas gotas caprichosas todavía rodaban por el ocre de sus piernas.
    
    —Pasame una toalla del placard para el pelo. —Mientras sacudía su cabellera inclinado su cabeza hacia un costado, toda ella era la sensualidad reflejándose en el espejo.
    
    —Si mamá, tomá.
    
    Al sacudir su cabellera, el toallón que la cubría cayó sobre el piso y su cuerpo esculpido quedó reflejado en mis ojos, doblemente cautivable, por su espalda y sus nalgas delante de mí y su cuerpo reflejado en el espejo, sus senos siempre con sus aureolas grandes rosadas y esos pezones rígidos, siempre su pubis depilado con su cuidada y delicada línea delineada hacia el clítoris.
    
    —Ya viste bastante, pásame esa toalla
    
    —Si, mamá y salí del baño con una erección, pero aguanté no masturbarme, pero seguí mi juego de voyeur.
    
    Se ajustó un bikini blanco sobre el bronceado de su piel, sin soutien, delineó sus ojos con rímel negro, sus labios carnosos, aún más revivían con un rouge rosado pero suave cual el color de sus pezones, colgó de su cuello su cadena de plata con una cruz, -quizá crucificando sus pecados.
    
    Un sombrero de paja blanca despuntado y desprolijo coronaba su figura mientras delante del espejo se tomaba una foto cubriendo un seno con el codo sosteniendo la cámara, mientras en la otra mano lucía un anillo con una margarita blanca, cobijando el pezón derecho entre sus dedos que pellizcaba.
    
    Desde el corredor de la planta alta podía ver a “Mena” en el balcón mirando el amanecer sobe el mar y el verde de los médanos. Su corta bata, descubriendo su espalda y su cadera escapando del rojo de aquella, su pelo castaño se tornaba en un dorado con el reflejo del amanecer. —La sensualidad provocando a Helios, —el dios del sol.
    
    También mirarla era un placer entregado a Eros, sensual giró sobre los rayos del sol y descubriéndome del otro lado de la ventana, que la enmarcaba, solo me dijo, acariciándome el cabello:
    
    —Buen día bebe.
    
    “Mena” ingresó en el toilette de mi madre; —ten.... guau perra, besándole la boca. Te venía a preguntar: ¿cómo tenía que vestirme, que ponerme?, pero ya veo; vamos de lujuria.
    
    —Lo más sexi que tengas y llevá ropa para noche de cena y boliche en algún lugar de ...
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