Relatos cortos 7-Los años pasan - Relatos Eróticos

Relatos cortos 7-Los años pasan

... opción. Hace mucho se había prometido zanjar ese tema por su bienestar mental, pero nunca imaginó que se volvería a encontrar con la mujer de sus tormentos, ¿Por qué debía pasar eso?, ¿Por qué el destino era tan caprichoso?

—¿Quieres que cancele tu reunión? —preguntó su amiga en voz baja, mientras acariciaba mi hombro.

—No, hace mucho me prometí que mi vida personal no interferiría con lo laboral —dijo con convicción.

—Aclárame algo —soltó la rubia de repente.

—Claro, dispara —la alentó.

—Si ella apareció, ¿Qué pasara contigo?, ¿Te deprimirás de nuevo? —investigó.

—No, eso te lo aseguro—limpió sus mejillas—Esa mujer cambio mi vida y dejo una huella o más bien una gran decepción. No te mentiré, pero he aprendido a vivir con mi errores y aciertos, así que, no, no me derrumbare por ella.

—¿Segura? —la miró desconfiada.

—Sí—le regaló una sonrisa—Vamos, no quiero hacer esperar a los inversionistas —se incorporó con un nuevo semblante.

Ambas se dirigieron a la sala de conferencias para integrarse con todos los demás, pero lo que Charlotte no se esperaba, es que aquella pelirroja era una de las inversionistas con la que debía tratar esa mañana. Cuando sus miradas se cruzaron, sintió como cada fibra de su ser le decía que se encerrara en su oficina para hundirse en su propia miseria, pero una parte de ella sabía que no podía salir huyendo. Debía responder al trabajo, aunque su lado emotivo no estuviese de acuerdo. La mañana siguió su curso y aquella reunión se alargó más de lo esperado, pero las miradas preocupantes de los que estaban allí se enfocaban en Charlotte quien no participo tan activamente como solía hacerlo, ni expreso algunas palabras para negar o afirmar lo que los otros exponían.

—Eso es todo por hoy —expresó un caballero, que no estaba conforme con la actitud de la castaña.

—Perfecto, nos vemos en la próxima reunión —pronunció Charlotte, quien se dirigió lentamente a su oficina.

Por su bien, no quiso hacer contacto visual con su jefe o sus colegas porque era de esperarse que todos estuvieran molestos por su repentina actitud. Sin embargo, cuando se encontraba admirando el pasaje desde su gran ventanal, sintió que alguien ingreso a su oficina, algo que no esperaba, porque no deseaba ser molestada por lo que quedaba del día

—Cloe, ya te dije que no quiero hablar de ese tema —expresó sin girarse.

—No soy Cloe, ¿Podemos hablar? —

El corazón de Charlotte se aceleró y que sin pudiera evitarlo, se giró sobre su silla para encontrarse con aquellos ojos marrones que una vez amo.

—Creo que no tenemos nada de qué hablar —dijo tajante.

—Quizás, pero no quiero desaprovechar la oportunidad de que la vida nos unió de nuevo —comentó la pelirroja.

—Bueno, no te iras tan fácilmente, así que, habla —hizo el mayor de sus esfuerzos para que esa mujer, no viera su lado vulnerable.

Sería la primera vez que ambas estarían en el mismo lugar desde que se separaron, pero Edith lo sentía necesario. Había ...