1. Zeus


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la entrada de su coño. Pasaron breves segundos cuando el animal extremadamente agitado impulsó hacia adelante y forzó a entrar su ya por completo desarrollada gran hinchazón más allá de los labios verticales, traspasando y dilatando ampliamente la entrada de la vagina, La garganta de Mary emitió un quejido mezcla de dolor y placer.
    
    - ¡Ay! ¡Jesús! ¡Sí, el nudo!
    
    Los músculos de su anhelante cavidad se ajustaron en un instante para aprisionar aquel desmedido bulto, notaba como la cabeza del pene le llegaba al cuello del útero, ahora sí se hallaba completamente íntegra la verga del animal en su interior ocupándolo totalmente, esto causó que las embestidas del perro se hicieran mucho más cortas y aceleradas. Zeus estaba ahora empujando rápidamente su pene en su enardecida ama que tenía debajo de él, y sus testículos duros como la roca empezaron a golpear contra el mojado chocho de Mary ruidosamente. Ella volvía a sentir un acentuado delirio cuando el bulto estimulaba, al frotarlas, sus paredes vaginales en una extensa zona provocándole un éxtasis interminable; apretaba sus músculos internos para intensificar aún más el placer que experimentaba; su orgasmo no tardó en venirle.
    
    - ¡Aaaah! ¡Sí, por fin! ¡Qué gusto, qué gusto!
    
    Sus gritos, suspiros y su respiración acelerada resonaban en la habitación como si esta fuera una gran caja acústica. Sus nalgas, vientre y caderas danzaban a un ritmo frenético en busca del absoluto contacto con aquel imponente miembro que la perforaba; no necesitaba sujetar al perro con una de sus manos, su experiencia le indicaba que Zeus no se desengancharía de su interior a causa de sus movimientos gracias al voluminoso lazo que los unía. Sabía que la copulación enloquecida de Zeus la haría alcanzar el clímax varias veces seguidas con una intensidad majestuosa, y eso nunca lo había alcanzado con ningún hombre. A los pocos minutos Mary gimió cuando el gran falo del perro tembló y palpitó contra las paredes interiores de su almeja hirviente provocándole un segundo y penetrante orgasmo.
    
    - ¡Oh! ¡Sí, sí!
    
    Con un cronometraje casi perfecto, Zeus apretó con sus patas delanteras su agarre ya grandioso a la cintura de su amante, y pasó a soltar ola tras ola de espermatozoides con su caliente esperma dentro de su ama, los segundos pasaban y él no dejaba de echar semen. Los movimientos de la verga al soltar su inagotable carga, la monstruosa carnosidad de la base de la tranca frotándole la zona interna más erógena y los jadeos del perro por efecto de la eyaculación trajo el resultado casi inmediato de venirle a Mary su excelente tercer orgasmo.
    
    - ¡Aaaah! ¡Así, así...que gusto!
    
    La mujer, estremeciéndose, no pudo evitar chillar cuando una mezcla estimulante de placer electrizante y las involuntarias contracciones de sus músculos la atravesaban barriéndole el cuerpo con un agudo e inmenso gozo, movía sus caderas empujándolas al encuentro del perro, como si intentase meter más adentro el monumental resalte del pene para ...