1. El jefe de su marido (sexto capítulo)


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... consiguiendo que sus pezones alcanzaran un tamaño sorpresivo para ella. Sintió su vulva encharcada cuando ese hombre acarició su abultadito monte de venus y gimió cuando sintió uno de los dedos de ese hombre recorrer cada pliegue de su coño.
    
    Joaquín suspiraba y respiraba agitado por la excitación que sentía de acariciar a una mujer tan joven y hermosa. Sus nervios hacían que sus caricias fueran algo torpes pero eso a ella la excitaba aún mas. Y lo inevitable sucedió. Silvia comenzó a temblar y al sentir como los dedos de ese señor estaban entrando en su coño se corrió entre temblores y con su cuerpo convulsionando. Ante la mirada de asombro de Joaquín, eyaculó con varios chorros de placer que mojaron colcha, pantalón y camiseta de él.
    
    Silvia agradecida por el placer alcanzado lo abrazó y su curiosidad o quizás por devolverle aquel placer, acarició el evidente bulto del pantalón. Lo desnudó por completo y sintió placer de acariciar el sexo de aquel hombre. Le gustó masturbar aquel miembro totalmente erecto a pesar de la avanzada edad de su dueño y se sintió muy excitada cuando aquel señor gimió de placer y vio como comenzaba a eyacular sobre su mano y pechos.
    
    Se quedaron abrazados exhaustos, ambos felices por el placer vivido. Un gesto de tristeza se adueñó de su cara al ver la colcha mojada, al darse cuenta que definitivamente había comprobado que su amado esposo no sabía tocarla. Había eyaculado en la cama del señor Gómez, de Joaquín y en el sofá de Cristina. Deseó algún día, tener que cambiar la colcha de su cama matrimonial, por haber eyaculado en ella.
    
    Se despidieron en el portal del edificio de Joaquín, aquel señor era todo amabilidad y educación. Él estaba triste con esa despedida, pues quizás, había sido la ultima vez en su vida que una mujer lo había acariciado y hecho correrse.
    
    Después de lo ocurrido el lunes por la mañana cuando había ido a aquel parque, Silvia pasó dos días mal en los que solo quería estar con su niña. A cada instante se preguntaba que era lo que le estaba pasando. En que se estaba convirtiendo? Por qué mi cuerpo está haciéndome comportar así? No había sido con una persona únicamente, sino con tres, con las que había sido infiel a su amado esposo. Afectivamente lo amaba como nunca había amado a nadie, pero sexualmente lo odiaba. Lo odiaba por no hacerle sentir lo que otras personas le estaban haciendo vivir de manera tan intensa. En esos dos días que habían pasado desde lo del parque se había masturbado casi compulsivamente, odiaba hacerlo pero era como si su cuerpo se lo exigiera. Y lo peor era que su marido buscó acercarse a ella por las noches y como única respuesta obtuvo abrazos y excusas que la hacían sentir mal consigo misma.
    
    El jueves se despertó con los lloros de su hija que reclamaba su biberón. Después de atender sus demandas y de nuevo dejarla dormida en la cuna, se fue a su habitación y se sentó en la cama. La imagen de las camas del señor Gómez y del señor del parque se adueñaron de su ...
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