1. EMMA Y SU HIJO ALEX parte 6


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Roberto Gonzalez, Fuente: SexoSinTabues30

    Esa tarde, Alex tenía 6 años y gracias a lo que me que me pasaban por maternidad y por mi “trabajo” adicional de escort o puta fina, completaba mis ingresos para pagar su colegio y ambos poder vivir sin necesidades y decentemente en nuestro coqueto e íntimo departamento, cuando yo estaba afuera y él volvía del colegio su niñera se encargaba de recibirlo. Cuando yo volvía ella se iba a su casa y así fue madurando nuestra intimidad con mi hijo a tal punto que para mí, y suponía también para él, cuando él estaba lejos me hacía doler el corazón. Pero mis ingresos no alcanzaban, yo necesitaba algo estable, nada aleatorio o temporal, quería conseguir un trabajo de la única profesión que conocía, untrabajodeputa, prostituta cara y fina o escort como se dice elegantemente ahora en la jerga, pero debía tener muchísimo cuidado cuando salía vestida sexi pues me di cuenta Alex era tremendamente celoso de mí y no sabía cuál sería su reacción si se enteraba de golpe que yo estaba a los besos, acariciada y en brazos de otros hombres. Algunas veces le había insinuado que a mamá había hombres que la abrazaban y besaban pero eso no amainó sus celos por mí y su rechazo a que alguien me tocara o acariciara. Por ello salvo fuera necesario, salía siempre vestida exteriormente discreta con tapado, y abajo de éste, mi “ropa de trabajo”, para impresionar y predisponer y excitar al cliente, con micro bikini rojo que asomaba al agacharme, debajo de mi pollera muy corta tipo campana fácil de quitar o solo levantar y camisa oscura con breteles delgados de escote amplio, mostrando y asomando las tetas y los pezones, con medias enterizas tipo panty lycra transparentes pero con un abrigo largo, en verano ligero a media pierna y en invierno de abrigo casi hasta el tobillo, y abrochado hasta el cuello, con zapatos tacón medio aguja pues tampoco me gustaba que la gente me mirara en la calle. En el hotel cuando descruzaba mis hermosas piernas quedaba mi bikini a la vista dejando a la imaginación mi vagina que cuando el cliente la descubría le hacía levantar violentamente su presión arterial y libido masculina.
    
    Mi mayor temor era cuando Alex creciera estuviera incómodo conmigo o me odiara y me dejara tan pronto como pudiera. Yo conocía casos de hijos que se fueron y no volvieron a ver a sus padres debido a que se avergonzaron de ellos o por rencor. Eso me aterraba. Era lo único que tenía y si él me dejaba, mejor sería morir, lo tenía decidido. Quizás lo que más anhelaba iba siendo el tener a mi lado un hombre a quien amar. En un momento me pregunté ¿Cuánto tiempo hacía que un hombre no me penetraba ni me toca por amor? Cuánto hacía que no acariciaba la piel de un hombre y yo sentía su interior, su corazón, sus sentimientos. Llegué a entender a quienes dicen que cuando “el cerebro bajo” que está entre las piernas domina al de la cabeza uno pierde la noción de la vida, los afectos y del rumbo hacia el futuro. Yo quería tener firmemente anclada mi vida y aunque terminara vieja, ...
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