1. En la clínica veterinaria en la que trabajo me encontré con un chimpancé casi humano.


    Fecha: 12/04/2019, Categorías: Infidelidad Zoofilia Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pensarlo mucho, abrí la jaula y le ordené que me diera la mano, de inmediato nos encaminamos a la sala de exámenes, ya que la camilla es sólida y bastante acolchada.
    
    En el trayecto, el rostro de Sansón irradiaba felicidad, pero cuando cerré la puerta, de inmediato él se trepo en la camilla acostándose a lo largo, y sin dejar de agarrar su particular miembro.
    
    Yo me acerqué y supuse que debía colocarme de espaldas como lo haría una mona de su especie, y casi de inmediato sentí como su verga comenzó a penetrarme al tiempo que sus largos brazos rodeaban todo mi cuerpo.
    
    Yo terminé de colocarme boca abajo, y él continuó metiendo y sacando su miembro de mi mojado coño, al tiempo que hacía fuertes sonidos guturales.
    
    En mi vida había disfrutado tanto de tener sexo, digo para ser un mono lo hacía de maravilla, además una de sus manos la colocó sobre mi coño.
    
    Al tiempo que me clavaba su caliente verga una y otra vez, no dejaba de manosear el resto de mi vulva incluyendo mi clítoris.
    
    Hasta que momentos después de que disfruté un morboso orgasmo, sentí que se corría dentro de mi coño.
    
    Al terminar, de inmediato me lavé frente a él, a medida que yo me lavaba el coño y expulsaba gran cantidad de todo su semen, Sansón no dejaba de mirarme, fue cuando no sé por qué se me ocurrió preguntarle, que si le gustaría mamar mi coño.
    
    El chimpancé se me acercó lentamente, y con uno de sus dedos exploró mi vulva, luego se lo olió aspirando con fuerza, y de momento sin que yo hiciera o le dijera algo más se dedicó a mamar mi coño, como nunca antes alguien lo hubiera hecho.
    
    Fue tanto el placer que me provocó en esa segunda ocasión que, al momento de volver a disfrutar de otro salvaje orgasmo, de mi coño salió disparado un fuerte chorro, no precisamente de orine, sino de mis propios líquidos vaginales.
    
    Yo quedé exhausta, pero apenas me recuperé un poquito, él se agarró su miembro algo mustio, y señalando mi boca y mirando su verga, de inmediato comprendí que también deseaba que se lo mamase.
    
    Así que lo primero que hice fue lavárselo, y en lugar de secarlo, al terminar coloqué mi boca sobre su verga casi humana y comencé a mamar, a los pocos instantes ya nuevamente se encontraba completamente en forma, y a medida que yo continuaba mamándoselo.
    
    El chimpancé comenzó a tocar y acariciar mis senos, hasta que tanto mi boca como mi propia garganta se llenaron de su leche, la cual no me avergüenza decirles que me tragué.
    
    Después de tanta actividad, lavé a Sansón, lo llevé a su jaula, y él mismo sin que yo le dijese u ordenara nada más se puso sus interiores y pantalones, para luego de inmediato tirarse a dormir con una cara de felicidad tremenda.
    
    Yo también descansé bastante bien, y al día siguiente cuando la Doctora me preguntó si no tenía inconveniente en volverme a quedar, sin pensarlo mucho le respondí que no, que podía contar conmigo hasta cuando comenzaran mis clases.
    
    Después me preguntó cómo se había portado el chimpancé y le dije ...