Trampa Sexual - Relatos Eróticos

Trampa Sexual

... tiempo, aunque antes de entrar a golpearlo, le preguntarían.

En serio eres tan cabron para hacer todo lo que ella confeso – dijo con desespero Jou.

Claro que me gusta, Milly es preciosa, con su carita de muñeca, esos ojos llenos de amor, por eso me la robe de su pueblito, no me importa lo que tu creas idiota, me las vas a pagar muy caro, y voy a seguir gozando de su pequeño cuerpo, ahora que ya lo probé, mm de lo que me estaba perdiendo, ja, y pensar que me resistí porque tenía a un poco hombre que no podía defenderla, mierda, ella es tan sensual, ah, aprende tan rápido todo, no solo las lecciones normales, todo lo que quería, prácticamente la volví mi mujer ideal, esta tan enamorada que hará cualquier cosa, la amo, aparte cuando se lo metí es como si me la estuviera chupando con sus labios, gime de manera tan rica, es como el canto de un ángel, además que rico se sintió cuando se la metí hasta el fondo, estaba haciendo un gesto delicioso, olía como toda una hembra, sus jugos empapaban las sabanas, sus besos me supieron a gloria, se me aferraba con sus delicados dedos, aunque sé que es más fuerte de lo que aparenta, sino por nada pudo aguantarme, he hallaba como burro, ardía de deseo, estaba bien prendido por ella, nunca lo admití en clases pero me encendía ver el filo de su falda, es que es algo nalgona, mm, en serio me encendía, tuve que esperar, y ser respetuoso, aparte tenía de novio a un tarado que no sabía nada, pero su hermano casi la viola, en verdad que asco, fue un gusto robármela, sus padres casi me ruegan que me la lleve. Ah, contrario de lo que piensas, yo le hice el amor, me la cogí con todas las ganas, y ella lo disfruto, me beso como le enseñe, es que la estuve trabajando el último año, era tan inocente, dulce, casi una niña que tuve que hacer madurar, mm, así que para este momento estaba perfecta, mi mujer ideal, si ya espero la próxima vez que la tenga entre mis brazos, la voy a hacer gemir tanto mientras se la encajo hasta el fondo que se perderá…

Ya basta maldito, yo si te mato – decía con desespero abriendo la puerta Jou.

Y no perdió tiempo en golpearlo, igual los camaradas, quienes no perdieron tiempo en intentar matarlo, momento en que llegó el jefe de la comisaria, pues al notar que los carros no se iba, pensó lo peor y con justas razones, pues al llegar se toparía con el “Preso” golpeado, aunque había llegado en buen momento:

Ya basta bola de tarados, déjenlo en paz – decía furioso el hombre dando un par de disparos al aire que detendrían la paliza.

Ya era hora – decía con desespero escupiendo sangre Jack

Lo siento joven, salga, pero antes dígame, pondrá una demanda – decía apenado el jefe policial.

Claro que lo haré, miren como me dejaron, y usted es testigo de esto, también haré esto público para destrozar a estos idiotas, pero diré que me salvó – decía Jack sonriente.

Bien, salga – decía el hombre ayudando al hermano menor, que lucía maltrecho, desconcertando a todos, pero cuando los otros ...