1. El día de la Victoria


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anejo, Fuente: TodoRelatos

    Victoria es la mujer que, por la proximidad de edades y atractivos evidentes, más interés debería haber suscitado en mí; sin embargo, apenas le he dedicado una línea en las páginas de este blog. Sé de ella que no pasa mucho tiempo con su hija Esther, aunque sin duda, vela por atender sus necesidades; por ejemplo, le paga un fisioterapeuta, que se ocupa de la joven más allá de lo que marcan las normas deontológicas.
    
    A veces, Esther sale de los adosados en un taxi adaptado y su madre no la acompaña. Supongo que promueve la autonomía de su hija.
    
    Fue en uno de esos días cuando me fijé en ella. Es una señora muy hermosa, a pesar de estar ya en la quinta década de la vida. ¿Quizás en la sexta? Me fui a consultar a la alcahueta de la aldea global, elevada a la centésima potencia, la tía Google.
    
    Victoria aparecía en una noticia menor de un diario local, noticia patrocinada comercialmente, inaugurando su tercera tienda de ropa y complementos, ésta en el centro de Valencia. Dirigía dos más, en Castellón y Burriana. Había empezado cosiendo en casa, mientras cuidaba de su bebé con parálisis cerebral, y vendiendo ropa en los mercadillos. Ahora, veinticinco años después, era una empresaria de éxito que ofrecía un repertorio de ropa moderna, pero muy inspirada en modelos de los sesenta. No se mencionaba pareja en su perfil y tampoco aparecía en las webs de citas.
    
    Y ahora la podía ver tumbada en su hamaca junto a la piscina, moderadamente bronceada y luciendo un bañador rosa que envolvía un cuerpo magnífico y muy bien conservado.
    
    Era un sábado de esos en que todos los vecinos parecían estar muy ocupados fuera de sus casas. Solo circulaban por allí dos muchachos en mono de trabajo, logotipado con el nombre de la empresa de jardinería que velaba por nuestra piscina, nuestro césped y las cuatro palmeras.
    
    Eran dos chicos jóvenes, muy morenos y con rasgos morunos, fuera porque eran inmigrantes recientes o porque atesoraban genes de los que emigraron hace mil quinientos años a nuestra querida península, como la mayoría de nosotros.
    
    Uno de ellos se acercó respetuoso a Victoria y le pidió algo. Se incorporó ella, cubriéndose con el pareo, y se encaminó hacia su casa seguida por los morenazos.
    
    Ellos se detuvieron prudentes a la puerta, pero la señora ordenó "pasad".
    
    Victoria tiene una voz grave y se nota que está acostumbrada a mandar.
    
    He conocido a una cuantas mujeres con mando en plaza como ella. Son empáticas, racionales, sensibles, aunque también manipuladoras, interesadas e imprevisibles. En conjunto, las prefiero a los tíos haciendo de jefes. Estos son más previsibles, desprendidos y directos, pero no perciben una mierda, piensan con el rabo y van a su puta bola caiga quien caiga ( a menudo, son sus empresas las que caen…)
    
    El caso es que los chicos llevaban ya diez minutos allí dentro, tiempo suficiente para beberse cuatro cervezas. ¿Qué estaba pasando? No podía verlo, ya que estaban corridas las cortinas, pero eso quizás tenía ...
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