Compartiendo a mi perrita - Relatos Eróticos

Compartiendo a mi perrita

... gemir, desde mi asiento, ella habia dejado de besarlo y su cabeza estaba apoyada en su hombro suspirando, de repente todo cambió, la mano de él cogió su abundante cabello empezó a tirar d él haci a atras, ella dio unos gritos yo veia que le tiraba con fuera de verdad que le hacia daño, hasta que la obligó a arrodillarse de ahí a ponerse a perrita, él se arrodilló, en ese momento me parecía que para ellos era como si no hubiera nadie estuvieran solos, las nalgas de ella quedaron frente a mi, él a un lado, quería que yo las viera bien, dios que dos nalgas y mas en esa postura, levantando el vestido, se veia su tanga negro sus dos nalgazas desnudas, le pegó tan fuerte que el sonido inundo el salón, la nalga se sonrojó, le dio igual a la otra, ella gritaba ahora mas fuerte, él paró, fue como un aperitivo para lo que allí iba a ocurrir aunque yo no tenía ni la menor idea, él me miró, diciendo.

- Sigueme, - a la vez a ella le quitaba el vestido- .

Se lo quitó se levantó él cogiendola de su melena me levanté sin embargo ella no, él tiró de ella y ella camino a perrita sigiendolo dando a veces grititos por los tirones de pelo yo tras ellos, salimos del salón, al vestibulo y entramos en lo que debía de ser uno de sus dos dormitorios el que lindaba con el mio, cuando entré no habia dormitorio, sino, una amplia mesa y en la pared, cancamos en los que colgaba muñequeras y tobilleras, la hizo levantarse, la inmovilizó, de cara a la pared, con seguridad tranquilamente, fue a la mesa cogió un bocado y se lo colocó, cogió una regla de madera ancha fina flexible, él se desnudo tranquilamente hasta quedar en boxer negros, pasó suavemente la regleta por las nalgas de ella por los muslos por la espalda, diciendole.

- Ahora va a ver nuestro vecino, lo perra que eres, una perra muy obediente.

Yo estaba en la misma puerta esta cerrada, él me miró y me dijo - sientate ahi si quieres - era un taburete pequeño, me senté, me metí la mano dentro del pantalón acomodando mi polla pues me dolía, al cogerme los vellos, yo estaba hipnotizado, sin irme como viendo una pelicula que no deseaba perderme, todo eran sorpresas, pero ella alli en sa posicion era como si no fuese ella no se como explicarlo, me parecía otra persona en esos momentos como él, como sonaba la regla al golpear sus nalgas, con fuerza, ella se intentaba mover a cada reglazo de él pero lo que solo movia era sus nalgas, yo me hubiera masturbado ya mismo allí, pero a la vez me daba verguenza, él paró, me dijo que me acercara, lo hice, me dijo

- Acaricia sus nalgas,

Puse las manos en ella al principio, inseguro, uuuuff cuantas veces habia soñado con mis manos allí, estaban calientes duras, rojas, cada vez las apretaba mas con mi mano que la acariciaba, miré me retiré, él me dijo

- Toma - ofreciendome la regla - dale aqui con fuerza eh - me señalaba bajo las nalgas, los muslos.

Mi mano temblaba con la regleta en la mano no se si de miedo de nerviosismo, miraba aquel cuerpo sobretdo los muslos ...