Compartiendo a mi perrita - Relatos Eróticos

Compartiendo a mi perrita

A mi nunca me había pasado ningún tipo de aventura sexual, siempre he sido fiel, yo para poder contar mi historia, no me vale, ir directamente a contar el momento de sexo, antes hay muchas situaciones para llegar a ello, yo me casé muy muy joven con 18 años, al igual que mi ex mujer ella 4 meses mayor que yo, embarazada, la única novia que habia tenido, la única mujer, yo no soy un hombre atractivo, ni atrayente para las mujeres, 1,72 de altura 64 kilos delgado con vello en el pecho, pero muy dotado, me mide 23 cm. con mi ex, durante años, al menos yo lo creo así nuestra vida sexual, fue plena, por mi parte yo no necesitaba mas, nunca estuve con otra mujer, sin embargo, con 35 años, ella se divorció, decía que ya no me quería que era joven que queria volver a vivir, en un momento, me vi sin nada, sin nadie, caí en una profunda depresión preguntandome que habia hecho mal, mis amigos sus amigos, siempre con amantes de putas y sus matrimonios seguían, yo, había vivido solo por y para ella y nuestra hija y esa era mi recompensa, cai en una profunda depresión, malviv´compartiendo pisos con desconocidos, mientras ella, rápidamente, salía con uno y otro, sin el mas minimo interés, por mi, solo de que mandara la pensión tuviera o no dinero.

Llevaba mas de 3 años fuera de mi antigua ciudad, cuando inverti en ese piso, solo cuatro vecinos conmigo, en la planta baja vive dos matrimonios, muy mayores, en la segunda, otro matrimonio, ella de 44 años, él de 52 años, que desde el primer dia que los conocí los vi raros, él para su edad un hombre desvencijado, que aparenta mas edad de la que tiene, calvo, con una enorme barriga, mientras que ella, es todo lo contrario, una mujer, de bandera, alta, cuando va en vaqueros o mallas, es cuando aún se marca más el cuerpazo que tiene, un culo grande, unas piernas largas bien formadas, fuertes y unos pechos, bastante grandes, un pelo largo abundante negro rizado, ella hace por dos de mi ex, pequeña de pequeñas tetas, mientras que mi vecina es mas alta que yo.

Por mi carácter, nunca pasaba de buenos dias, al principio, menos aún tirarle los tejos a una mujer casada, pero claro eso si, la miraba cuando iba sola y ella estaba de espaldas, viendo el pedazo de hembra, que tenía mi vecino, su dormitorio daba a uno de los dos míos el mas pequeño y algunas noches, sobretodo en fines de semana, pero unas veces se escuchaba los gritos de ella y otras los gritos de él, nunca se escuchaba los dos, además de unos sonidos raros, gritos pero no parecian de placer, a veces, con ruidos que era incapaz de descifrar.

Él, fue quien poco a poco fue trabando cierta amistad conmigo, el que preguntó si era casado o soltero, el que a veces venia a casa a pedir algo que le hiciera falta, el que me decía que como que no traia mujeres a casa si estaba divorciado, llevaba sobre un año allí y mi unica alegria era recibir algun fin de semana a mi hija, o ir a verla, en el sexo, pues, la masturbación, mi ex tenia una pareja, segun mi hija y mi ...