1. Mi nuevo amante.


    Fecha: 15/01/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sensaciones de esa verga me sobrepasaban, un placer salvaje, estaba alterada y excitada como nunca, comencé a orgasmar, en una concatenación de placenteros tiritones que me convulsionaban, él continuaba a cogerme, diez, quince, veinte minutos, me estaba destruyendo, me bombeaba fogosamente, su pene había llenado cada recoveco de mi concha, lo sentí que se detenía y temblaba, entonces un aluvión caliente de su leche comenzó a inundar mi matriz, mi útero, mi canal vaginal, miré que mi vientre se hinchaba con tanta leche que me llenaba, si seguía bombeando esperma me iba a reventar, pero la naturaleza es sabia, se hizo una presión inmensa, luego unos chorros escaparon entre los labios de mi vagina y mojé mi cama, estaba exhausta, me derrumbé en la cama y él se acostó conmigo, empuje mi culito hacia su panza, su verga estaba firmemente sellada en mi chuchita y entre los labios mayores y menores una cascada de leche continuaba a salir, me corrí innumerables veces y no sabría decir cuantas, después no se si me dormí o perdí mis sentidos, me quedé en esa posición sumisa empalada en su verga.
    
    No sé cuándo nos despegamos, dormí con toda su leche dentro de mí, esto se transformó en una rutina placentera y relajadora, como una cura balsámica, cogíamos todos los días a lo grande, después totalmente satisfecha me quedaba dormida y a la mañana siguiente me lavaba y lo volvíamos a hacer, desgraciadamente lo bueno dura poco, mi amiga regresó y vino a llevarse su perro, él en cuanto la vio comenzó a hacerle fiesta, a ladrarle y se veía feliz con su ama a su lado, yo estaba consternada, pero no podía demostrarlo, pienso que ella también lo disfruta sexualmente, pues no veía la hora de llevarlo a casa, el perro me miraba con una mirada un poco triste, pero él no era mío, así que lo dejé ir junto a su ama.
    
    Los días siguientes parecían vacíos, me volví insomne y nerviosa, no podía sacarme ese perro de la cabeza, mi cuerpo necesitaba volver a sentir esas sensaciones esplendidas que solo un pene canino te puede hacer sentir, alcancé a estar una semana así ansiosa y neurasténica, hasta que me decidí a comprar un perro entero para mí, lo busqué por la red y encontré un Rottweiller de dos años y medio que no podían conservar por haber recibido otro similar en regalo, concordamos el pecio y ellos estuvieron de acuerdo en venir a dejármelo a mi casa.
    
    El sábado en la mañana llegó Goliath, me pareció enorme, las dos chicas que lo trajeron estaban muy apesadumbradas y quería estar seguras que él iba a quedar en buenas manos, Goliath intento un par de veces venir a olfatearme, pero un comando perentorio de las chicas lo mantuvo calmo y ordenado, estuvimos conversando largo rato y Susana me dijo que ellas proveían hasta el cuidado por la parte sexual del perro, yo la miré sorprendida y ella asintió con la cabeza, no quise pedirle más explicaciones al respecto, pero creí haber entendido lo que tenía que entender y más contenta me puse.
    
    Las chicas se despidieron de ...
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