1. Depilación (ll)


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Deverano2003, Fuente: TodoRelatos

    ... su néctar transparente y algo viscoso.
    
    Levanta ambas piernas y un poco la cadera, se las sujeta poniendo ambas manos por detrás de las rodillas y me ofrece su húmedo chochito. Recién depilado, jugoso…bonito… y es todo para mi. Es el mejor regalo…ella lo sabe y me lo ofrece muy orgullosa.
    
    Pongo la mano sobre su vientre, luego acaricio la parte interna de sus muslos hasta llegar a sus nalgas…su sexo lo reservo para mi lengua lasciva. Andrea coloca un cojin bajo sus caderas para mantenerlas bien elevadas, su conchita debe quedar elevada como en un altar mayor.
    
    Acerco la cabeza lentamente, como si iniciara una humilde reverencia, saco la lengua y mansamente la paso de abajo a arriba para recoger todo el flujo que ha salido de sus labios.
    
    —Uhmmmm papi… Te amo, malditamente te amo, mi amor!!!!!! — dice arqueando la espalda invadida por el placer.
    
    — ¡Ohhhhh, eres maravilloso!... ¡Perviérteme! Por favor hazme gozar con tus bajos pensamientos. lévame al delirio, ritualízame y coróname con tu lascivia. Te lo suplico, mi señor— susurra mientras mantiene sus manos sobre mi cabeza mientras le lamo lo labios una y otra vez.
    
    No soy capaz de reconocer si llevo solo unos instantes o si ha pasado ya largo rato. Es tal el delirio que no soy consciente de cuanto le he chupado y lamido su vulva. Estaba sediento y ahora mi saliva y sus jugos rodean mi boca y resbalan por mi barbilla.
    
    Mis dedos han participado también, se han implicado en el asalto y consecuencia de ello esta mojados. Han cogido el relevo cuando he necesitado recobrar el aliento, han entrado entre sus labios, han estirado dulcemente de ellos y han descubierto su clítoris duro y excitado.
    
    Los dedos me han ayudado a medir su excitación mientras la lamía. Han transitado húmedos entre su ano y su vagina provocando nuevos estímulos y al quedarse en medio de ambos me han permitido calibrar la intensidad de sus contracciones para así poder acompasar mi lengua a sus deseos.
    
    —Papi, papi… te adoro… te adoro— grita al tiempo que sus contracciones se desbocan y de entre sus labios emerge un rico hilo de jugos que me afano por recoger con mi boca.
    
    —Lo quiero todo… quiero que me montes papá, que nuestros jugos nos chorreen cada vez que entras y sales— me pide fuera de si.
    
    —Buffff, bufff mi amor…lo estoy deseando furiosamente.
    
    Deverano. 
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