1. Depilación (ll)


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Deverano2003, Fuente: TodoRelatos

    —Quiero ver como ha quedado… ¿tienes un espejo de mano?... quiero verme— Andrea, la hija de la portera está impaciente por ver el resultado de la depilación de su pubis.
    
    —No está nada mal… no me lo esperaba así —exclama complacida al verse en el espejo
    
    Me planto delante y contemplo con deleite mi obra…esta mujer tan deliciosa que tengo delante…es preciosa y entre los dos hemos descubierto que su vulva es obra de un artista.
    
    Andrea, se toca con la punta de la mano, como si quisiera comprobar que todo lo que ve es realmente suyo…separa los labios mayores y emerge una especie de mariposa rosada…que cosa tan deliciosa…Ardo en deseos de hundir mi boca entre sus piernas, sacar la lengua y lamerlo todo…igual que hice en otro tiempo.
    
    —¿Te gusta papi?
    
    —Me encanta… tienes un coñito absolutamente delicioso…así depilado es como si fuera de mi niña… pero en el cuerpo de una hermosa mujer.
    
    —¿a qué esperas para tomarlo? mi conchita y yo te estamos esperando...
    
    Ha llegado el momento más sagrado…un ficticio monaguillo hace sonar la campanilla, el sacerdote alza la sagrada hostia, yo arrodillado devotamente miro como Andrea separa con ambas manos los labios de su vulva para mostrarme bien su coño bendito.
    
    Mi corazón se llena de gozo…su conchita es preciosa y sé que es la puerta de entrada al paraíso.
    
    —Ven… acércate…bebe y come mi cuerpo…satisface en mi tu deseo…deja que la gracia del señor inunde tu boca…con la comunión divina— me invita
    
    Con absoluta devoción me coloco entre sus piernas para recibir su bendito sacramento, el que me llevará al paraíso.
    
    —Tu animal alterado quiero para mí. Salvaje puro en el instinto, por favor.
    
    Continuación…
    
    —Vamos a la habitación… esto merece una celebración especial—pongo un brazo por debajo de las piernas y otro rodeando su cintura, ella apoya su cabeza sobre mi pecho y nos encaminamos como dos recién casados hacia el lecho.
    
    Con cuidado la dejo sobre la cama, enseguida amasa los cojines para colocarlos a su espalda para poder apoyarse cómodamente. Las piernas dobladas haciendo puente, ligeramente separadas dejando a la vista el tesoro que acabamos de descubrir.
    
    —Desnúdate papito y ven conmigo… ven por favor.
    
    —Ven… acércate…bebe y come mi cuerpo…satisface en mi tus deseos…— me invita.
    
    Con absoluta devoción me coloco entre sus piernas para recibir su bendito sacramento, el que me llevará al paraíso.
    
    —Tu animal alterado quiero para mi. Salvaje puro en el instinto, por favor. Hazme más tuya de lo que ya soy, papito te lo suplico. Aquí somos nosotros... nosotros… nosotros...
    
    Como una fiera salvaje respondo a su canto sexual de hembra en celo, me desprendo de la camiseta y el pantalón rápidamente. Al llegar al calzón me asalta la duda… es la hija de la portera…
    
    De un tirón me arranco el calzón y me muestro ante ella… estoy orgulloso y temeroso al mismo tiempo…esto no es lo corriente…no es lo que otros hacen…esto es solo esta preciosidad y yo. Dos seres salvajemente primitivos ...
«123»