1. Sí, soy virgen


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... facilitarle sus operaciones de asalto, me despoje de la blusa, exponiéndole a su antojo mis dos pechos monumentales.
    
    Pablo se extasió con mis pezones cambiando su boca ansiosa de uno a otro como si temiera que alguno de los dos se le escapara. Yo lo dejaba hacer, mientras buscaba ansiosa, la forma de abrir su pantalón lo que conseguí por fin en medio de la agitación de una pasión desbocada y entonces por primera vez pude ver el bulto monumental de su slip tensionado hasta la desesperación por la fuerza del miembro erecto que parecía agitarse desesperado en la tenue jaula de la tela.
    
    Con agilidad me desprendí de la falda y ahora lucia desnuda frente al muchacho.. Entonces, como si esa pequeña tela le molestara, con rapidez inusitada se desprendió de ella y me mostró por fin el objeto de esas ansiedades, temores y calenturas que habían poblado mi mente y sobre todo mi cuerpo en mis ultimas noches.
    
    Sin dejar de abrazar a Pablo me fui deslizando por su cuerpo hasta quedar de rodillas frente a él y por fin pude mirarlo de cerca. Era simplemente indescriptible, algo que sobrepasaba a mis mejores recuerdos algo que me atemorizaba y me atraía sin poder separar la vista de él.
    
    La boca se me comenzó a abrir casi en forma involuntaria y me fui inclinando hacia ese centro de atracción infernal para abrazarlo con mis labios. Su grosor inaudito y la dureza y suavidad de su piel en mi boca desencadenaron en todo mi cuerpo una serie ininterrumpida de latidos y mi sexo se agitaba como si se sintiera asustado y anhelante.
    
    La poderosa cabeza de ese miembro increíble, casi llenaba el espacio de mi boca y mi lengua fue relegada hacia los costados mientras yo me movía rítmicamente para poder mamárselo mejor. Lo sentía latir dentro de mi boca y en ese momento supe que me moriría si no apuraba los momentos que faltaban para lo inevitable.
    
    Así me puse de pie y luego me tendí sobre la cama levantando levemente las rodillas y separando las piernas y mientras el me montaba con una decisión de hombre maduro, cerré los ojos para esperar resignada una ejecución que yo misma había buscado como una loca.
    
    Sentí su cabeza portentosa separando mis labios mayores, los sentí proyectados hacia los costados, sentí que me abría descontroladamente, sentía que me partía y cuando esperaba que al menos me besara, sentí que me estaba desgarrando entera, que una braza ardiente me quemaba, que entraba en mi sin contemplaciones, que llenaba todos mis rincones, que las paredes de mi tubo iban a estallar y un dolor creciente y un placer sostenido, formaban dentro de mi sexo una combinación increíble de sensaciones desmedidas.
    
    Estaba inmovilizada, ya no podía agitar las piernas ni mover el vientre, ni podía morder su miembro con mi sexo. Se había apoderado de mí de una forma inaudita y seguía empujando y supe que era más profunda de lo que nunca pensé y seguía entrando arrastrando con el todo mi pasado y todas mis virginidades y cuando ya no tenía nada mas que entregarle, ...