1. Sí, soy virgen


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... muchacho hiciese maravillas sobre mi vientre subiendo y bajando, apretándome mas o menos, transmitiéndonos ambos una sensualidad que en la penumbra del recinto, se hacía casi enloquecedora y cuando yo estaba apunto de besarlo súbitamente Pablo me dejo sola desapareciendo con inusitada rapidez en dirección al cuarto de baño.
    
    A los pocos momentos y mientras yo trataba de recuperar la normalidad, mi hermana y mi sobrino hacían su entrada en el living de la casa preguntándome por Pablo a lo que solamente conteste distraídamente haciendo un gesto de sueño
    
    Casi al instante Pablo había regresado vistiendo su chaqueta y manifestando su deseo de retirarse dando el argumento de que era ya demasiado tarde.
    
    Se despidió con un beso de mi hermana y mi sobrino lo acompañó hasta la puerta, pero antes que se despidiera de mi con un suave beso en la mejilla pude ver la descomunal mancha húmeda sobre la pierna de su pantalón, evidencia suficiente de la gigantesca eyaculación consecuencia de nuestra calenturiento baile.
    
    Era una mezcla de calentura y obsesión lo que me invadió los días siguientes. No era un estado de excitación sexual pura. Yo lo sabia distinguir claramente porque otras veces en mi vida había estado en periodos de celo en que anhelaba tener sexo y de hecho lo hacia. Sin embargo esto era totalmente diferente.
    
    Lo que en realidad me pasaba era que la evocación de las dimensiones del miembro de Pablo, que yo había percibido había generado en mi una especie de renacer del deseo primario de ser poseída por el, como si eso significara que había recuperado de algún modo mi virginidad pues estaba segura que de llegar a tenerlo volverían a mi mente y a mi vida esos dolores experimentados y seria destruida de nuevo como si nunca hubiese sido visitada en mi intimidad antes de eso. Y el tiempo demostró que no estaba equivocada.
    
    Creo que no tiene caso relatar aquí como fue que conseguí que Pablo visitara mi casa ese viernes por la tarde, solamente valga decir que yo me había tomado un trago. No para darme ánimos, sino para disfrutar mas plenamente el momento, aunque debo confesar que cierta inquietud me invadía.
    
    El muchacho demostró al llegar algo de confusión, pues yo no
    
    le había dado un motivo claro para su visita, solamente le había dicho que deseaba conversar con el acerca de un regalo que yo quería hacerle a mi sobrino. Pobre disculpa sin duda, pero a esas alturas yo no tenia ninguna dependencia con la lógica.
    
    Lo hice pasar a mi cuarto y de inmediato le pregunte si se acordaba de nuestro baile de aquella noche a lo que el rostro se le iluminó atreviéndose a tomar mi mano.
    
    De ahí en adelante todo marchó vertiginosamente.
    
    Estábamos de pie y yo lo abracé apegándome cuanto pude a él notando de inmediato su erección diabólica. Acaricie su cabello con ademanes expertos y surgió de inmediato la premura del macho joven inquieto.
    
    Su mano abierta se apoderó de uno de mis pechos que él pudo disfrutar sin problemas y entonces para ...