1. Mi hijo, mi verdadero amor (3)


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Gays Incesto Infidelidad Autor: p3rvertido, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sabes qué hacer, nietito.» Del cajón que él ya había visto, sacó otro calzón de niño. «Ramón, tenía usted razón en pensar que no le había contado toda la verdad: estos calzones son de nenes que han pasado por mi oficina. Sabe usted que he sido maestro aquí muchos años ya, pues debe saber que han sido muchos los nenes que han necesitado un poco más de cariño en clase.»
    
    En ese momento, con mucho arrepentimiento, me corrí en el pañal de mi hijo. Así, con toda esta presión sexual, tuve que echar mi lefada. «Ramón! Se ha corrido usted demasiado pronto, yo voy a necesitar algo más de tiempo con mi nietito.» Acto seguido, mi niño cogió unos calzones rojos, manchados de corridas antiguas. «Dieguito, ayúdame a sacar mi leche también, nietito.»
    
    Mi hijito estaba bien entrenado. Deshizo el cinturón de vestir del maestro, y abrió los pantalones, revelando una erección enorme. Cuando mi hijito, enanito, bajó el calzón del maestro, vi un pollón enorme que debía medir unos 22cm; definitivamente más grande que la mía de 18. Los dos se sentaron de nuevo en esas sillitas, delante de mi, y el maestro dijo «venga nietito, ya sabes cómo hacerlo no? Tienes a un papi estupendo» y mi hijito lo empezó a masturbar.
    
    La polla del maestro… era preciosa. No solo era enorme, también tenía un prepucio que me dejó con la boca abierta. Cuando mi hijito echó para atrás el prepucio… vi oro. Tenía una polla asquerosa, como me gustan a mí. Muchísimo esmegma, quesito de polla, abundaba en el miembro enorme del maestro. Entre eso y los pelos blancos alrededor de sus enormes huevos y su miembro, la sala olía a polla, a hormonas de hombre. Si alguien debía follarse a mi hijo, tenía que ser alguien así, que enseñe a mi hijito qué vale una buena polla asquerosa.
    
    «Ramón, no sea tímido.» Ver esta escena, con mi hijito casi a punto de meterse la polla de su maestro en la boca, con ese esmegma y el olor en la habitación, con el calzón rojo de algún niño al que se folló este maestro quién sabe cuando, hizo que mi erección volviera. Me puse arrodillado al lado de mi nene y lo besé en la boca delante el maestro, y ví cómo esa polla asquerosa babeaba con preseminal.
    
    «Sabía yo que era usted un guarro, Ramón, es que eres como mi hijo.» Yo tenía mis veinti-algo años, así que este maestro podría ser mi padre también, con sus cincuenta. Mi hijito no paraba de gemir «papi, abuelo…» estaba hipnotizado por las hormonas, y ya lo llamaba abuelo. No podía lucharlo, mi hijo lo tenía que compartir con su nuevo abuelo. Mejor él que otro cualquiera.
    
    Mi hijito y yo compartimos la polla asquerosa y babosa del abuelo. Con los pantalones abajo, yo me puse a lamerle el culo también, obvio que no se había lavado bien ya que su ano estaba buenísimo. Mi hijito de 3 años lamió y lamió el glande lleno de esmegma del abue-maestro! No quiero liarme yo demasiado tampoco. El maestro de mi niño solo puso su enorme mano en la cabeza de mi bebé y la bajó más adentro, metiendo su polla en la garganta de mi ...