1. CARLOS (31 AÑOS) ME HIZO SU NIÑA A MIS 9 AÑITOS.


    Fecha: 08/12/2019, Categorías: Gays Autor: marcos-wanda, Fuente: SexoSinTabues30

    Una vez que tuve mi “bautismo de semen”, con Carlos, las cogidas se tornaban cada vez más excitantes y alucinantes, pero siempre daba vueltas en la cabeza de “mi cogedor”, el vestirme de nena, merced a mi figura física y al comentario que yo le había hecho, con respecto a que, en la intimidad de mi casa y con anuencia, aceptación e inclusive el aliento de mi propia madre y de mis hermanas, solía andar “vestido de nena”.
    
    Yo deseaba fervientemente complacer a Carlos en todo, absolutamente en todo, porque recibía de su parte, un inconmensurable placer, gozo y satisfacción sexual, pero mi madre me había dicho en reiteradas ocasiones, que solo podía “vestirme de nena”, en la intimidad de mi casa, solo frente a ella misma y a mis tres hermanas mayores, pero que jamás lo hiciera delante de mi padre y muchísimo menos, que a nadie le hiciera comentario alguno acerca de ello.
    
    Me moría de ganas por exhibirme, delante de Carlos, tal y como solía hacerlo en mi casa (por aquellos años, no existía internet, telefonía celular, etc. y por ende, no podía tomarme una foto para mostrar “como me veía de nena”), pero no encontraba la manera de hacerlo, ya que de ningún modo podría sacar de mi casa, las prendas de mis hermanas, pero, por suerte, Carlos (otra vez él) volvió a encontrar la manera de hacer realidad, tanto su deseo como el mío.
    
    “Mirá lo que tengo para vos” – Exclamó Carlos mientras me mostraba una caja cerrada y grande y muy grato fue mi sorpresa, al abrirla y ver varias prendas femeninas, tales como bombachas, vestidos y unas hermosas faldas, escocesas y tableadas, como las que usaban mis hermanas para ir al colegio.
    
    Nos fuimos derecho al dormitorio de Carlos y allí comencé a desnudarme rápidamente, para vestirme con todo ese precioso vestuario.
    
    “No lo puedo creer, Marquitos” – Exclamó una y otra vez, Carlos y agregó:
    
    “Si no te viera cambiarte y si no supiera que sos un varoncito, podrías pasar prácticamente por una nena de 9 años y nadie se daría cuenta; nadie notaría la diferencia”.
    
    Yo tomé aquello como un halago y un elogio, pero ya muy excitado y muy caliente, dije a modo de pregunta:
    
    “¿Verdad que soy toda una nena, Carlos? ¡Soy como mis hermanas!”
    
    “¡Si, mi amor! ¡Sí!” – Exclamó Carlos y agregó:
    
    “Dejame verte otra vez”
    
    Piel exageradamente blanca, suave y tersa; mi cabello rubio largo y ondulado; rostro con marcados rasgos femeninos; muslos rellenos y bien torneados y un súper culo; todo ello acompañado por una bombacha rosa y un vestido tipo solera, me hacían ver como una nena; una nena de solo 9 añitos de edad, pero ya experta en materia de sexo; sedienta, hambrienta y en actitud de ofrecimiento total.
    
    ¿Qué harían aquellos, quienes gustan de mantener relaciones sexuales con niñas pequeñas? No lo puedo responder porque, obviamente, siempre estuve “en la vereda de enfrente”, pero invito a aquellos que sí poseen esos gustos, esos deseos y esas fantasías, a que hagan un algo en la lectura de este relato, a que cierren ...
«1234»