1. Historias del complejo. Segunda serie. (23)


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: jejen, Fuente: TodoRelatos

    ... terminamos el agua del termo, y aunque estaba cada vez más interesado en conocerla, en ningún momento lo iba a presionar para que lo hiciera, quería que hablara según sintiera hacerlo, escuchar lo que quisiera contarme y en el momento que lo creyera conveniente.
    
    Tenía que volver al trabajo del complejo, y antes de despedirnos, me agradeció los mates y la charla.
    
    Demás está decir que fueron muchos termos, muchas tardes, sobre todo en aquellas de temporada baja, donde el complejo suele tener muchos menos turistas.
    
    Mora también habló un par de veces con él, y también le pareció un hombre de lo más amable y educado, y aquí su historia, por supuesto, puesta en palabras con su consentimiento.
    
    La historia de Manuel
    
    Capítulo 1
    
    Eran casi las siete de la tarde de ese caluroso viernes de noviembre, como casi todos los fines de semana desde que había comenzado el tiempo lindo, me sentaba en el jardín de mi casa, a beber hasta emborracharme.
    
    Los jueves, viernes y sábados por la noche, emborracharme se había convertido en mi deporte favorito, beber hasta perder la conciencia, intentando callar ese grito de dolor, queriendo llenar ese vacío que a las claras era imposible, y que solo hacía que al despertarme, tuviera que lidiar con la resaca o la descompostura, muchas veces vomitando hasta que ya nada quedaba en mi estómago.
    
    ¿Por qué lo hacía? Para adormecer el sufrimiento que me provocaba esa daga que llevaba clavada en mí pecho, esa que nadie ve, pero que yo siento, a cada momento, cada día al abrir los ojos.
    
    Como a lo lejos escuché sonar el timbre de casa, maldita sea la hora, en qué día tras día, desde hace casi dos meses, no hago reparar la cámara del maldito portero eléctrico, que me permite ver quién toca el timbre.
    
    Iba ya por el quinto whisky con hielo, o sexto, no sé muy bien, y me levanté de la reposera para ir hasta el frente de la casa, para saber quién tocaba el timbre interrumpiendo mi segura borrachera.
    
    No es que esperara visitas, pero todos los vecinos saben que soy médico, y muchas veces he tenido que salir a asistir a algún vecino en problemas.
    
    Bastante perjudicado por alcohol como ya estaba, me levanté y caminé erráticamente hasta la puerta de ingreso a mi casa.
    
    Estaba cruzando el amplio estar comedor en dirección a la puerta, cuando el timbre volvió a sonar, y en ese momento apuré el paso lo que pude, creyendo realmente que algún vecino necesitaba de mi auxilio médico, aunque en el estado en que ya me encontraba, no estaba seguro de ser muy útil.
    
    Hice una mirada por la pequeña mirilla de la puerta, y vi una mujer de pelo claro, casi rubio que le llegaba poco más de los hombros, estaba sola y en ese momento miraba hacia abajo, un mechón de su cabello no me permitía ver su rostro, pero como estaba sola decidí abrir la puerta.
    
    En el momento en que abrí la puerta, esa mujer levantó la vista, me miró a los ojos, y el corazón se me detuvo, juro que se me detuvo. Frente a mí estaba Lorena, mí aún esposa, ...
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