1. Historias del complejo. Segunda serie. (23)


    Fecha: 06/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: jejen, Fuente: TodoRelatos

    Prólogo
    
    Gabriel
    
    Lo había visto muchas veces caminar por la playa, sentado en la arena mirando el mar, siempre solo y cada vez me preguntaba que estaría pasando en su vida.
    
    Un poco más alto que yo, de cuerpo delgado, con una barba muy larga y el pelo también largo, algunas veces atado con una cola en la nuca.
    
    Esos meses de invierno también solía verlo en short, pero con un buzo manga larga de un equipo de básquet de Estados Unidos, bastante descolorido también, vestía como quien no le daba importancia a la ropa.
    
    En los días de calor, también iba vestido así nomás, una remera que parecía tener años y un short de baño normalito, algunas veces con una gorra y otras con un sobrero de playa, también bastante venido a menos.
    
    En esa época, remodelamos la bajada de madera a la playa, a los costados del camino, habíamos puesto seis bancos de madera más o menos cada diez metros, a ambos lados del camino, y a partir de allí, solía verlo sentado en el último de los bancos, el que estaba más cercano a la playa.
    
    Se quedaba allí por horas, mirando el mar y a la gente que pasaba frente a él, yendo o viniendo de la playa, lo había visto por tanto tiempo, que llegué a la conclusión de que viviría o tenía alguna casa cerca de aquí.
    
    Lo habíamos hablado varias veces con Mora, imaginando cual sería la situación de su vida, que lo tenía solo y en este lugar.
    
    No podría decir su edad con certeza, la larga barba y la melena, no me permitían darme cuenta, pero por la complexión de su cuerpo y su forma de caminar, imaginaba que tendría como mucho cincuenta años, quizás un poco menos.
    
    Una tarde decidí que algún día en que lo viera sentado en el banco, si el movimiento del complejo me lo permitía, me acercaría para intentar hablar con él, me mataba la curiosidad, aunque imaginaba que quizás no le interesaría conversar, nunca lo había visto hablando con nadie.
    
    Esa tarde nublada y ventosa de principios de abril de dos mil diecisiete, al verlo sentado en el banco me decidí, me acerqué caminando por el camino de tablas, al llegar al banco donde estaba sentado, giró su cabeza y al verme hasta diría que esbozó una sonrisa.
    
    Ya frente a él, lo saludé:
    
    -GABRIEL: Buenas tardes caballero! Mi nombre es Gabriel y soy el dueño del complejo de aquí atrás!
    
    -MANUEL: Buenas tardes Gabriel! Aunque no sabía tu nombre, sabías que eras el dueño! Soy Manuel! Y en verdad te agradezco por haber puesto estos bancos! Fue una excelente idea!
    
    -GABRIEL: Me permite sentarme un momento!
    
    -MANUEL: Claro que sí! Aunque quizás no me hayas visto hablar con nadie, no soy un ermitaño o un loco!
    
    -GABRIEL: Nunca lo vi como un loco o un ermitaño, quizás al no conocerlo, siempre pensé que su soledad se debía quizás a algún hecho triste de su vida, o quizás a algún mal de amor o tan solo a la soledad elegida!
    
    -MANUEL: Es todo eso mi estimado Gabriel! O bueno, quizás el orden no sea el correcto!
    
    -GABRIEL: No quiero molestarlo! No pretendo entrometerme en su ...
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