1. Cumpliendo promesas en la Universidad: George


    Fecha: 04/12/2019, Categorías: Transexuales Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... intentaba escaparme, su vergota fue abriendo mi esfínter y a pesar de que quizá mi cara expresaba dolor, realmente lo que yo quería era engullir esa vergota en su totalidad, primero para satisfacer a George, pero también quería demostrarme a mi misma que yo era una buena hembra, y que podía satisfacer a cualquier ejemplar masculino, además de que podía obtener placer al hacerlo.
    
    Así que haciendo a un lado el dolor, me clave por completo en esos 20 gordos centímetros, cuando lo logre, si ocupe un par de minutos para acostumbrar los músculos de mi ano a albergar semejante virilidad masculina, entonces me sentí segura y se lo hice saber a George cuando tome sus manotas y las puse sobre mis gordas y redondas nalgas, el tomo esta acción para bien y mientras me acariciaba, movía mis caderas en círculos, provocándonos mutuamente placer. El delicioso juego sexual ayudó a que me acostumbrara por completo a tener ese pedazo duro de carne de macho dentro de mi, por lo que comencé a rebotar sobre la vergota de George a una gran velocidad, mientras el apretaba mis pezones o me agarraba de las nalgas para de vez en cuando disminuir mi velocidad y que sólo girará en círculos sobre su hombría.
    
    Yo gemía cómo la puta que soy cada vez que su gorda espada penetraba hasta el fondo y gozaba cómo loca en esa posición, sin embargo la fricción en mis rodillas provocó que suplicará un cambio de posición, así que salí de mi monta y me puse en posición de perrito, con mi cara apoyada en la almohada y ofreciéndole mi dilatado ano para que me penetrara como él estaba demostrando saber hacerlo. Así que George se posiciono detrás de mí, y sin mayor dificultad ni mucho menos un poco de compasión me la enterró de un solo y certero golpe hasta adentro de mi ser… madre mía!! Que placer me hizo sentir este hombre con su enorme vergota!!
    
    Entonces George comenzó a taladrar dentro de mí a muy buen ritmo durante largos minutos, el sonido de sus muslos chocando contra mis nalgas, mis gemidos y la forma en que el bufaba por el placer, eran una exquisita canción que aumentaba mi lívido sexual, y aún más mi placer se multiplicaba al verme reflejada en el espejo grande que tenía en la puerta de mi habitación, admiraba como mi cabello se sacudía con las fuertes embestidas que mis nalgotas estaban recibiendo.
    
    George estaba demostrando ser dueño de una vitalidad y fuerza dignas de un joven con experiencia previa en el arte de fornicar. Cuando mi hombre saco su gordo invasor de mi ano para cambiar de posición, sentí un gran vacío en mis entrañas que de inmediato se llenó con aire fresco el cual sentí a la perfección cuando recorría la irritada piel de mis paredes anales, sin embargo la agradable sensación no duro por mucho tiempo, por que como si de una muñeca de trapo se tratara, con esa facilidad George me dio vuelta y quedé con la espalda en la cama y las piernas levantadas y abiertas, sus manotas agarrando con fuerza mis tobillos y con su vergotota volvió a penetrarme con cierta ...
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