1. Vacaciones Ecuestres.


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... crecía, mientras movía mis glúteos y mis caderas disfrutando la verga de bocazas, el joven nos miraba y se pajeaba sentado en un fardo de alfalfa.
    
    Bocazas saco su pene de mi vagina y fue a buscar unas mantas y arregló un fardo de alfalfa cerca del semental, la polla del caballo había crecido más de cuarenta centímetros, era por lo menos tres veces más grande que la verga de bocón, éste se acostó de espalda sobre las mantas e hizo que lo montara, me puse a horcajadas y bocazas no perdió tiempo empalándome en su verga, después hizo señas al jinete y le dijo que me la metiera en el culo, ahí estaba yo con una polla en mi chocho, una en mi culo y la enorme pija del equino refregándomela en mis tetas, me corrí como una loca, pero no fue un orgasmo, sino una cosa demencial que me recorría todo el cuerpo una y otra vez, vibraba, temblaba, me estremecía, gritaba, chillaba, gemía y me quejaba, todo esto en un subseguir de sensaciones que me estaban volviendo loca.
    
    Los dos hombres se corrieron dentro de mí casi contemporáneamente, el jinete volvió a su fardo de alfalfa y el bocón me dejó arrodillada sobre la manta con mis dos orificios goteando esperma, la polla del caballo había alcanzado un tamaño descomunal, bocazas me dijo que me acostara boca arriba y me refregara mi concha con la cabezota de esa verga gigantesca, mi calentura era tanta que obedecí inmediatamente, sin dilación ni pensar mucho a la locura que estaba haciendo, sentía esa tremenda cabezota que refregaba contra mi clítoris, bocazas que se había ajustado sus pantalones vino y comenzó a forzar esa pija gigantesca en mi chocho, me causaba dolor, pero ya que él me ayudaba, atinaba solo a gemir y revolcarme con orgasmos salvajes.
    
    Como que me borré, mi cuerpo entero se estremecía, la punta de esa verga gigante estaba dentro de mi chocho y el caballo había iniciado a moverse, me estaba destruyendo mi chuchita, pero el dolor se mezclaba a una sensación demencial de querer ser penetrada, de querer ser poseída, de no dejar salir de mi concha esa cosa desproporcionada a mi boquete vaginal, ya estaba dentro, que más da, quiero ser inundada por su lechita.
    
    Bocazas tenía su cara desencajada, también él estaba sufriendo esta excitación alucinante, mantenía la pija del semental dentro de mí y controlaba la penetración que en este momento ya no me dolía demasiado, mis muslos los había abierto al máximo y con mis manos me abría mi vagina ensimismada por la maravillosa vista que se presentaba ante mis ojos, me di cuenta que mis labios menores perdían unas gotas de sangre, este bruto me había desvirgada una segunda vez, me corrí otras tres veces, bocón sintió cuando el potro se encabritó y comenzó a llenarme de lefa equina, mi chocho se rebalzó y bocazas me saco la verga del caballo de mi concha y varios chorros de su esperma cayeron en mi vientre y muslos, luego la soltó como asqueado—Madre de la gran puta que eres … te has cogido al caballo —
    
    Me deleitaban todas esas cosquillas sobre mi ...